“Coordinación estratégica”: uno de los grandes retos de la oposición venezolana

Una electora deposita su voto en una mesa de votación durante las elecciones primarias del partido gobernante - Partido Socialista Unido de Venezuela - en Caracas. Agosto 8, 2021.

Expertos coinciden en que la “reorganización” es uno de los objetivos de la oposición en su lucha por lograr un cambio político en un país en el que la mayoría de la población se muestra agotada e inmersa en gestionar su sobrevivencia.

Horas después del anuncio de la Plataforma Unitaria de la oposición sobre su decisión de participar en las elecciones regionales y municipales de noviembre, varios partidos políticos expusieron su desacuerdo y reiteraron que no acudirán al “evento” por considerar que no existen condiciones “políticas, electorales o institucionales”.

Para expertos, el anuncio “no fue unitario” y por lo tanto podría no tener la misma efectividad sobre la disposición de los ciudadanos a votar.

A juicio de Enderson Sequera, politólogo y director estratégico de Politiks, la decisión de participar obedece “lamentablemente más a la supervivencia de los partidos que a la libertad de los venezolanos” y no vislumbra un plan para el día después.

“Si los ciudadanos quieren votar no le pregunte a su candidato qué va a hacer por el estado o por el municipio, pregúntele cómo va a evitar que le roben la gobernación como le hicieron a Andrés Velásquez en 2017. Si un candidato no tiene plan para el día después es mejor que no se postule”, estima.

“Qué vimos, una rueda de prensa que transmitía una imagen terrible, improvisada, dirigentes de la vieja escuela, no había una mujer en el palco ni dirigentes sociales. Qué dice esta imagen, que no hay una estrategia de fondo, que no hay algo pensado, algo trabajado”, dijo a VOA.

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Oposición venezolana decide participar en las elecciones de noviembre

Para Luis Vicente León, presidente de Datanalisis, la decisión de participar es resultado de negociaciones que han venido ocurriendo en territorio venezolano “y a la que la oposición institucional llega por presión de resultados obtenidos previamente por sus propios líderes irreverentes”.

“Pero el motivador más importante de la participación opositora en regionales es la presión ejercida por la comunidad internacional para “hacer algo distinto” a la estrategia de discursos, sanciones y abstención, cuyos resultados (o mejor dicho no resultados) están a la vista”, manifestó en su cuenta en Twitter.

En números

De acuerdo a Sequera, estimaciones coinciden en que la participación en las elecciones de noviembre rondará el 40% del Registro Electoral Permanente, lo que se traduce en unos 8 millones de votos.

“En todos los escenarios que he revisado, el PSUV saca mínimo el 50%. Es decir, de esos 8 millones va a sacar 4 millones. De los otros, los partidos que se conocen como la mesita o los denominados alacranes van a sacar mínimo 500.000”, sostiene.

“Los escenarios más pesimistas nos dicen que la oposición democrática saca un millón de votos, pierde todas las gobernaciones y más de 300 alcaldías; en los más optimistas, gana 2,5 millones de votos y entre dos o tres alcaldías, probablemente Táchira, Mérida y Bolívar. Como no cambió nada, no se ve estrategia, hoy el escenario más probable es el más pesimista”, agrega

De acuerdo al analista político Tomás Socias, más del 76% de la población venezolana se encuentra “defraudada, desesperada y angustiada”.

“No cree en nadie el pueblo venezolano simplemente y no quiere votar y eso mantiene el liderazgo de un Ejecutivo que por abstención está ganando las elecciones de noviembre”, comenta.

¿Hay algo que pueda hacer la oposición para cambiar los escenarios? Sequera advierte que la política es “muy circunstancial” y recuerda la situación de hegemonía comunicacional en el país, en el que cada vez hay menos medios independientes o penetración de redes sociales, lo que “limita la posibilidad de difundir el mensaje, de persuadir a los votantes”.

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En las calles, las opiniones no son muy distintas a meses previos a contiendas electorales pasadas y se dividen entre quienes consideran que la única fórmula para dirimir conflictos se halla en las urnas electorales y entre quienes piensan que votar es un sinsentido. En todo caso, el hartazgo respecto a la política en el país es evidente.

“Yo no voy a votar ¿para qué? El gobierno va a ganar otra vez, la oposición tampoco ha hecho las cosas bien, o no han querido, y uno es el que sufre, yo ya no confío en político”, asegura una mujer de unos 60 años que, mientras hace fila bajo el sol esperando resolver un trámite burocrático, dice que tampoco cree en las negociaciones en México.

¿Qué sigue?

La oposición debería concentrarse en tomar decisiones y mantener la coordinación estratégica “de cara al revocatorio del 2022, a una iniciativa que se tenga en 2023 y a la reconstrucción de capacidades organizativas para el 2024”, apunta Sequera.

“Con movilización de calle, profundizando la negociación con el CNE actual, dándole continuidad al mecanismo de México, si se logra articular hay una oportunidad para el 2024 porque el gran movilizador en Venezuela es la expectativa de cambio, no un líder, no un partido, no una propuesta”, reitera.

La semana pasada el presiente Nicolás Maduro felicitó a la oposición por la decisión de participar en los comicios de noviembre.

“Pido un aplauso para el G4, es digno su gesto político de participar el 21N”, dijo Maduro durante una transmisión del canal del Estado.

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