El concejo municipal de Ferguson, Missouri aprobó el martes enmendar un acuerdo que había alcanzado con el Departamento de Justicia para instituir una serie de reformas en su sistema policial y judicial.
Ferguson alcanzó notoriedad cuando en 2014 un policía blanco le disparó y mató a un adolescente negro llamado Michael Brown, desatando protestas en todo el país sobre la conducta policial y el uso de la fuerza letal.
Una investigación del Departamento de Justicia determinó meses más tarde que la policía y las cortes de la ciudad realizaban prácticas discriminatorias de manera generalizada y urgió reformas que incluían la contratación de un encargado de seguimiento, entrenamiento diversificado para la policía y el análisis de la información sobre los arrestos y uso de la fuerza.
Pero el Concejo de Ferguson aprobó de manera unánime, entre otras cosas, quitar las provisiones para aumentar los sueldos a los policías y los fondos para los servicios de seguridad de la ciudad, preocupados por los altos costos del programa, que se estima podrían llegar a $3,7 millones en el primer año de implementación.
El Departamento de Justicia reaccionó diciendo que Ferguson trata de enmendar por cuenta propia el acuerdo ya negociado.