El gobierno español ocupará este jueves la silla caliente del Parlamento español para que, de una vez, aclare una serie de incidentes que han sembrado preocupación en Madrid, Washington, Bruselas y Caracas sobre si existe un giro en su política respecto al presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.
La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, comparecerá ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento para responder por una serie de situaciones que incluyen, entre otros asuntos, que cuando Guaidó visitó España en enero, como parte de una gira por América y Europa, no fuera recibido por el presidente Pedro Sánchez.
Asimismo, el gobierno español no ha logrado, un mes más tarde, aclarar las dudas sobre qué exactamente llegó a hacer en Madrid la vicepresidente en disputa de Venezuela, Delcy Rodríguez, a quien la Unión Europea le tiene prohibido pisar su territorio e, incluso, entrar en su espacio aéreo.
Rodríguez fue recibida en el aeropuerto de Barajas por el Ministro de Fomento, José Luis Ábalos, quien inicialmente negó haber visto a la segunda del presidente en disputa Nicolás Maduro. Luego dijo que hubo un saludo y nada más. Más tarde explicó que conversó con Rodríguez durante 20 minutos para intentar evitar un incidente diplomático por tener ella prohibido el ingreso a Europa.
Sin embargo, un informe policial filtrado a los medios indicó que Rodríguez descendió de la aeronave y se reunió con Ábalos durante una hora en un salón VIP del aeropuerto. Ábalos dijo que su misión era evitar un incidente y que él consideraba haberlo logrado. Indicó que el salón VIP está en “un área internacional” y que por lo tanto Rodríguez no pisó suelo español.
La oposición española, descontenta
Los diputados opositores no aceptan las múltiples versiones y consideran que les han mentido, por lo que exigen se diga la verdad al Parlamento en una audiencia especial a la que fue convocada la ministra González Laya.
También lea Líder español de la oposición pide el cese de Ábalos por reunión con Delcy Rodríguez“Lo que aquí ha pasado es que no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que ha habido toda una serie de mentiras”, dijo a la Voz de América en entrevista telefónica la diputada Valentina Martínez, parlamentaria del opositor Partido Popular (PP) y secretaria de asuntos internacionales de la formación. “Y cuando uno trata de salir de las mentiras se va haciendo una bola, y una bola más grande, y una bola que nunca logra uno desmontar”.
Según Martínez hay una serie de preguntas legítimas que deben recibir respuesta del gobierno español, pero lo que han recibido son ataques por presuntamente estar tratando de ridiculizar el tema para afectar la imagen del gobierno socialista.
“Se nos acusa de querer hacer una telenovela para ridiculizar todo lo que ha pasado ahí, que ha sido intentar blanquear un viaje que no se entiende para qué se hizo, pero que a todas luces no pinta bien”, dijo Martínez.
La “telenovela” que el caso ha desatado lo que algunos han llamado el “Delcygate”, que empezó el 20 de enero, cuando Rodríguez aterrizó en Madrid cerca de la medianoche, en una supuesta escala en un viaje hacia Turquía.
Al aterrizar Rodríguez en Madrid, el gobierno español pidió a Ábalos que fuese al aeropuerto a atender el asunto. Según él, se le pidió que fuera ya que en el avión también había llegado el ministro de Turismo de Maduro, a quién Ábalos se refirió como “un amigo”.
Medios españoles han informado que al Ministerio de Asuntos Exteriores se le instruyó para no interferir con la gestión de Ábalos. Ese será seguramente uno de los aspectos que los parlamentarios querrán que explique la ministra este jueves.
Por si la misteriosa escala de Rodríguez fuese poco, los legisladores también quieren saber si el expresidente español José Luis Zapatero viajó en representación del gobierno español o por iniciativa propia el mes pasado a Venezuela, donde también se reunió con Rodríguez.
Estas reuniones a medianoche en el aeropuerto de Barajas, o el viaje de un expresidente a la zona más candente de Latinoamérica, han generado suspicacias entre opositores españoles y venezolanos sobre qué está ocurriendo en realidad.
El presidente Maduro dijo en una rueda de prensa el viernes que estaba pidiendo a España “y a otros países amigos” que le ayudaran a montar un diálogo nacional para promover la conformación de un tribunal electoral “de consenso” para antes de las elecciones parlamentarias de fin de año.
Maduro añadió, entre risas, que lo que Rodríguez conversó con el ministro Ábalos en su escala en Madrid, es “un secreto” sobre el que ni a él le ha informado la vicepresidenta. Se desconoce si las reuniones de Rodríguez con el ministro Ábalos y con el expresidente Zapatero podrían estar relacionadas con una iniciativa diplomática para promover un diálogo nacional en Venezuela.
“Si eso fuese así sería una buena noticia que Maduro estuviese pensando en hacer elecciones democráticas, con observación electoral y pidiéndole a los amigos a sentarnos con la oposición”, dijo Martínez. “Habría sido muy fácil sabiendo que Guaidó estaría en Madrid esa misma semana”.
Pero lo preocupante para Martínez y para el PP es que tras la misteriosa reunión con Rodríguez en el aeropuerto, el presidente Pedro Sánchez, no recibió a Guaidó en su gira por América y Europa por un supuesto “conflicto de agendas”.
Guaidó sí fue recibido en esa gira por su vecino colombiano, Iván Duque, por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau; por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En Europa se reunió con el presidente Francés, Emmanuel Macron; con la canciller alemana, Angela Merkel; con el primer ministro inglés, Boris Johnson, y con el Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell.
Para Martínez, todo apunta a que hay un giro en la política española hacia Venezuela. Y recuerda que, aunque el presidente es el mismo Pedro Sánchez de hace un año, el vicepresidente Pablo Iglesias es nuevo, pues llegó al cargo en noviembre tras formarse una nueva coalición de gobierno, entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el partido Unidas Podemos, considerado más a la izquierda que el PSOE.
“Lo que sucede es que se nos dijo que Podemos no se inmuiscuiría en políticas de Estado, en temas de defensa, de seguridad interna, de asuntos exteriores”, explicó Martínez. “Se nos aseguró que ellos se ocuparían de temas sociales pero ahora vemos que su influencia en asuntos exteriores es mucho más relevante de lo que se habló”.
Martínez dijo que ahora el PSOE tiene que abordar el tema de Venezuela con más cautela para evitar entrar en conflicto con su aliado para poder preservar la coalición de gobierno que le mantiene en la Presidencia.
“En la coalición con el partido Podemos, que tiene intereses y una visión muy diferente al Partido Popular -y hasta de lo que es el PSOE-, ahora parece que Sánchez le hace caso al vicepresidente Iglesias, en lugar de hacer caso a los demócratas de España y los demócratas internacionales”, dijo Martínez.
La oposición venezolana, preocupada
En Caracas, el legislador Armando Armas, del mismo partido Voluntad Popular del cual emergió el ahora presidente interino Guaidó, observa con preocupación lo que considera un cambio en el tono político que le atribuye a la alianza del PSOE con Podemos.
“Creo que luego de haberse formado gobierno recientemente con un socio que, aunque encabeza el PSOE, pero tiene como principal aliado a Unidas Podemos, y los postulados de éste son afines al chavismo, al madurismo en Venezuela, esto hace que sean un poco más cuidadosos al hacer sus planteamientos”, explicó Armas, en una entrevista telefónica con la Voz de América.
“No creo -añadió- que haya habido un giro sino que se trata de razones internas de coalición de tener un poco más de tacto sobre cómo analizar sus aspiraciones de como resolver el conflicto de Venezuela y que tienen la misma posición que ha tenido Europa que quiere que esto resulte en elecciones presidenciales libres y justas”.
Armas restó importancia al hecho de que el presidente español, en una audiencia de rendición de cuentas ante el Parlamento, se haya referido a Guaidó como “líder de oposición de Venezuela” y no como “presidente encargado”. Según el legislador venezolano, pudo haberse tratado de “un lapsus”.
Sí le preocupó, dijo, el hecho de que el presidente Sánchez no haya recibido a Guaidó, al cumplirse básicamente un año desde que el presidente encargado de Venezuela fue reconocido como tal en una ceremonia en el Palacio de la Moncloa, sede del gobierno español, el 4 de febrero del año pasado.
El gobierno de Estados Unidos también mostró su preocupación por el aparente desaire español al presidente interino de Venezuela.
Y la administración Trump, sorprendida
La subsecretaria adjunta de Estado, Carrie Filipetti, dijo a finales de enero que Estados Unidos considera “muy sorprendentes” los hechos de que Sánchez no haya recibido a Guaidó y que un ministro del gobierno español se haya reunido en Madrid con Delcy Rodríguez, sancionada por la Unión Europea.
“El hecho de reunirse con alguien a quien has sancionado daña las políticas conjuntas que han avanzado EE.UU. y la Unión Europea. Y lo cierto es que daña también el marco de la Unión Europea, que requiere de cooperación para implementar este tipo de sanciones”, dijo la diplomática estadounidense, que poco antes había pedido a Sánchez que siguiera apoyando a Guaidó.
El gobierno del presidente Sánchez ha negado que haya un cambio hacia Venezuela. Pero no ha explicado aún el motivo de la visita de Rodríguez o el desaire a Guaidó.
La Voz de América pidió al gobierno de España una aclaración de lo sucedido, pero al cierre de la edición no había obtenido aún respuesta.