Papa espera que Honduras supere crisis política "de forma pacífica"

Las declaraciones de Francisco se conocen luego de su visita por Asia y Bangladés.

El papa Francisco se solidarizó este domingo con Honduras en medio de la oración del ángelus, pidiendo que el país centroamericano supere "de forma pacífica" la crisis política que atraviesa, tras los comicios presidenciales que se llevaron a cabo el domingo 26 de noviembre, y de los que aún se desconocen resultados oficiales.

Entre tanto el Tribunal Supremo Electora del Honduras, convocó un nuevo conteo de los votos para el domingo en la mañana y solicitó la presencia de de los observadores de la Alianza de oposición.

El Gobierno de Honduras suspendió las garantías constitucionales durante 10 días, de 6:00 p.m. a 6 a.m., y decretó un toque de queda, en un intento por frenar las protestas que han seguido a la elección presidencial del domingo y que han dejado al menos un muerto y una veintena de heridos.

"La suspensión de las garantías constitucionales fueron aprobadas cuando miembros de las fuerzas armadas fueron atacados con violencia" dijo Ebal Diaz, oficial del consejo de ministros.Las fuerzas armadas y la policía apoyarán “cuando la situación así lo requiera” la mantención del orden, dijo el coordinador del gabinete de gobierno de Honduras, Jorge Ramón Hernández, al leer el decreto en cadena nacional.

Los comicios del domingo no han arrojado un claro ganador y tanto el actual mandatario de centroderecha y aliado de Estados Unidos, Juan Orlando Hernández, como su rival Salvador Nasralla, una estrella de TV de 64 años, se han proclamado ganadores de la votación del domingo.

Nasralla dijo que la suspensión de las garantías era un intento del gobierno de Hernández por seguir manipulando el proceso electoral para poder declararse ganador.

Partidarios del candidato presidencial Salvador Nasralla, se toman una selfie en medio de las protestas por lo que llaman fraude electoral en Tegucigalpa, Honduras, el 1 de diciembre de 2017.

“Esto es una injusticia al pueblo que está reclamando en las calles”, dijo Nasralla en su cuenta de Facebook.

“La gente que está haciendo los actos vandálicos no es de la Alianza de Oposición (...) son los del gobierno los que están haciendo estas intervenciones, son operaciones del gobierno para sembrar el pánico”, añadió.

El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), David Matamoros, dijo el viernes que esperaba anunciar el resultado final de la contienda por la noche, pero el escrutinio especial de actas con inconsistencias no se ha iniciado aún.

David Matamoros, David Matamoros, presidente del Tribunal Supremo Electoral, se dirige a los medios de comunicación en Tegucigalpa, Honduras, el 1 de diciembre de 2017.

La coalición amplia de corrientes conservadoras y de izquierda que abandera Nasralla pide el recuento de más de 5,000 actas además del recuento de votos en tres departamentos en los que alegan hubo una votación inexplicablemente alta. El tribunal electoral habla de sólo 1,031 actas con inconsistencias.

Nasralla acusa que el TSE ha cometido varios delitos electorales y que el tribunal funciona bajo las órdenes de Hernández.

Los rivales competían cabeza a cabeza. Hernández, que busca la reelección con su Partido Nacional, obtenía el viernes el 42.92 por ciento de los votos frente al 41.42 de Nasralla, con el 94.31 por ciento de las mesas escrutadas.

En el primer informe difundido por el TSE el lunes por la madrugada, el candidato opositor ganaba por cinco puntos porcentuales con el 57 por ciento de las mesas computadas, pero luego de una pausa de un día y medio, de forma repentina y sostenida la balanza se inclinó hacia el presidente.

De acuerdo con la autoridad electoral, el cómputo fue afectado primero por una falla de sistemas, y luego por las protestas callejeras.

“Hicimos un compromiso que esto debería llevarse en paz, con la seguridad de todos y con los mecanismos que la ley hondureña establece para el escrutinio de las actas”, dijo Hernández a la televisión local por la noche.

“Mi llamado es a que cumplamos lo que nos hemos comprometido”, añadió.

Los ánimos se calentaron en la nación centroamericana, azotada por la pobreza y la violencia, cuando la brecha entre Nasralla y Hernández se fue reduciendo.

En las principales ciudades del país fue reforzada la presencia militar y policial. Algunas carreteras fueron cerradas por los manifestantes con barricadas hechas con palos, sillas, mesas y neumáticos en llamas.

En algunos puntos, la policía dispersó las protestas con gases lacrimógenos mientras los manifestantes respondían con piedras. Algunos comercios en Tegucigalpa y San Pedro Sula fueron saqueados la noche del jueves.

Muchas instituciones públicas dieron la tarde del viernes libre y decenas de negocios privados, tiendas y restaurantes cerraron sus puertas. Pero fuera de las zonas de protestas la gente parecía hacer su vida normal.

Fuentes policiales dijeron que al menos un hombre había sido asesinado a tiros en una protesta opositora en La Ceiba, una ciudad costera en la costa norte de Honduras, mientras que unos 12 militares y policías habían resultado heridos en las manifestaciones en varias zonas del país.

En la capital Tegucigalpa, al menos 10 manifestantes sufrieron heridas, según la policía. Imágenes de televisión mostraban algunas vías del país bloqueadas con barricadas y neumáticos en llamas.

Recuento de votos

Hernández lideró a su rival Nasralla por más de 46,000 votos hasta el jueves por la noche. Las primeras encuestas habían predicho que Hernández ganaría fácilmente, pero con la mitad de los votos contados, Nasralla sorpresivamente había adelantado con una ventaja de cinco puntos antes de una interrupción en el conteo el lunes. Cuando Hernández tomó la delantera, los partidarios de Nasralla alegaron fraude en el conteo de votos.

El líder de la corte electoral, David Matamoros, culpó a los resultados retrasados por fallas en la computadora. El jueves por la noche, dijo que casi el 95 por ciento de los votos habían sido contados. También dijo que el conteo de manos se haría bajo el escrutinio de los representantes de ambos partidos políticos.

La Organización de Estados Americanos, apelando a la calma, ha pedido a la comisión electoral hondureña que procese todas las boletas.

Algunos observadores temen que Honduras atraviese una agitación parecida al del golpe de 2009 del entonces presidente Manuel Zelaya.

"Parece que el escenario está listo para que Juan Orlando [Hernández] sea declarado ganador, y la oposición no lo va a tomar", dijo a VOA el viernes Juan Carlos Hidalgo, analista de políticas para América Latina del Cato Institute con sede en Washington.

Él y Mark L. Schneider, asesor sénior del programa de América del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, estuvieron en la sede de la Voz de América en Washington el viernes como panelistas del programa de la VOA "Foro Interamericano".

"Hay un terreno fértil para el rechazo del gobierno de Juan Orlando y una creencia de que habría fraude desde el inicio de las elecciones", precisó Schneider.

Schneider notó las condiciones frustrantes de "pobreza, desigualdad y corrupción" para la mayoría de los 9 millones de residentes del país. Más de dos tercios viven en la pobreza, según el Banco Mundial.

"El acceso a los servicios, el acceso a la educación, una vivienda digna, el acceso a la salud, no existen para la gran mayoría de los hondureños", dijo Schneider.

"También hay una gran preocupación sobre el aumento del autoritarismo y la concentración del poder en manos de Juan Orlando", dijo Hidalgo.

Términos presidenciales

Hernández, elegido a fines de 2014 por un período de cuatro años, había impugnado la prohibición constitucional de Honduras a los presidentes que buscaban un segundo mandato, señaló Hidalgo.

Hernández había sido presidente de la Asamblea Nacional cuando destituyó a cuatro jueces de la Corte Constitucional a fines de 2012 por votar por varios planes del gobierno; con los reemplazos de los jueces, el tribunal en 2015 aprobó el derecho del presidente a buscar la reelección.

El Tribunal Constitucional había dictaminado anteriormente que Zelaya había tomado "acciones traidoras" al buscar un referéndum sobre si revisar la constitución, señaló Schneider.

Ahora, Zelaya es el estratega político de la Alianza de oposición que apoya a Nasralla.

A través de su cuenta de Twitter, el Departamento de Estado dijo a principios de esta semana, que "espera trabajar con los líderes democráticamente elegidos de Honduras".

Los analistas Schneider e Hidalgo señalan que Estados Unidos tienen una gran participación en la estabilidad de Honduras. Los Estados Unidos han gastado millones, a través de iniciativas como la Millennium Challenge Corp. en ayuda y para promover la transparencia y responsabilidad del gobierno. La pobreza y la violencia en el país centroamericano, ha impulsado la migración ilegal a Estados Unidos.

Actualmente el Departamento de Seguridad de EE. UU. considera extender un programa humanitario de Estatus de Protección Temporal para aproximadamente 57,000 inmigrantes hondureños desplazados.

Dada la incertidumbre de las elecciones, Schneider dijo que "Honduras es una verdadera pregunta".​

Con información de Reuters