El huracán Irene podría tocar tierra dentro de tres o cuatro días en algún lugar de la costa sureste de Estados Unidos entre Florida y las Carolinas, después de azotar Puerto Rico y la costa norte de República Dominicana, y los floridanos siguen su trayectoria con mucha atención.
Según los pronósticos del Centro Nacional de Huracanes, Irene podría llegar a territorio estadounidense con fuerza de categoría 3, equivalente a vientos de 185 kilómetros por hora.
De acuerdo con su proyectado rumbo, presumiblemente avanza con dirección a las Carolinas, pero algunos meterólogos no descartan que se convierta en un huracán de categoría 4, debido a la alta tempratura del agua del océano.
Pero también en Miami los residentes no le quitan el ojo de encima a ningún ciclón aunque se diga que sólo les pasará cerca, después de la experiencia que tuvieron en 1992, también en el mes de agosto, con el devastador Andrew, que llevaba otro rumbo y de repente los embistió.
Irene, la novena tormenta de consideración que se forma en la actual temporada ciclónica y que esta tarde tenía vientos de 130 kilómetros por hora, parece de cualquier manera destinada a ser el primer huracán que afecta a EE.UU. desde que ingresó por el litoral de Texas, en 2008.
Las autoridades a lo largo de toda la zona costera del este del país, desde Miami hasta Nueva York, siguen de cerca su posible trayectoria después de que se fortaleció tras pasar por el norte de la Isla de La Española, compartida por República Dominicana y Haití.
La agencia federal para el manejo de emergencias en EE.UU. (FEMA, por sus siglas en inglés) pidió a los residentes de los estados del sureste estar preparados ante el avance de Irene y tomar "seriamente" la amenaza del huracán.
También las autoridades de Bahamas emitieron un aviso de huracán para las islas, rodeadas por aguas muy cálidas en esta época del año que suelen dar fuerza a los huracanes que pasan cercanos a ellas.
Existen temores sobre el impacto del huracán Irene sobre las islas Bahamas, y muchos residente recuerdan el desastre provocado por el huracán Floyd en 1999.
En Puerto Rico, las autoridades informaron que Irene afectó el tendido eléctrico y más de 800 mil hogares estaban sin suministro de energía, además de causar inundaciones.