“¿Somos todos iguales para el Estado o algunos son más importantes que otros?”, se pregunta desde su apartamento quien identificaremos como “Simón”, un colombiano indocumentado que desde hace más de una década vive en Nueva York y padece de asma.
Este artista de 49 años conoce muy bien uno de los principales síntomas identificados por la Organización Mundial de la Salud en relación con el nuevo coronavirus: la falta de aire.
“Los pulmones a veces se llenan de aire y uno no lo puede botar, o no le entra aire porque los bronquios se cierran o los conductos por donde entra el aire se cierran”, explicó Simón a la Voz de América.
Ataque tras ataque de asma, Simón ha aprendido a vivir con la enfermedad, la que lo hace pensar dos veces antes de salir a la calle en invierno, evitar lugares donde se permita fumar y saber cuándo es momento de abandonar un asado en verano para llegar a tiempo a la sala de emergencia más cercana, donde pueda ser atendido antes de colapsar en la calle.
“La reacción tiene que ser de segundos, porque pues más de 40 segundos a veces sin oxígeno puede ser supercrítico”, dice Simón, quien está acostumbrado a pasar la noche bajo terapia respiratoria, con una máscara de oxígeno por la cual inhala medicina que le permite respirar.
También lea Infección de coronavirus se acelera en estado de Nueva YorkEste es un proceso que en medio de la pandemia de COVID-19 podría ser fatal. “Tengo que cuidarme”, manifestó a la VOA, “porque estoy en el grupo de alto riesgo, y me tiene bastante preocupado, por lo de mi medicina y porque soy indocumentado”.
Servicios de salud para indocumentados
Más de 560.000 personas indocumentadas viven en la ciudad de Nueva York, de acuerdo con las cifras oficiales de la Alcaldía, y muchos como él temen que esta situación los haga aún más vulnerables.
“Yo utilizo, por ejemplo (…), una medicina bastante costosa. Por lo general me la envían desde mi país, porque acá pues como no tengo seguro, no tengo acceso a estas medicinas”, dijo.
Ahora le “preocupa que todo está cerrado, las fronteras están cerradas, los aeropuertos”, y no sabe si se la puedan enviar o él pueda ir a algún centro y pedirla. Quiere saber si tiene acceso a la medicina.
La Voz de América buscó una respuesta a esta pregunta de parte del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, durante su primera conferencia de prensa esta semana en el Centro de Convenciones Jacob Javits, uno de los lugares donde se instalarán hospitales de emergencia.
El líder estatal no dio detalles claros, sin embargo, envió un mensaje para neoyorkinos como Simón.
“Quiero que todos sepan en el estado de Nueva York, que somos una familia en Nueva York, y estamos trabajando juntos, y nos estamos cuidando unos a otros y todos en la familia reciben el mismo trato”.
Cuomo dijo que toda la información del estado se publica en español, aunque no respondió si esto incluye acceso oportuno a traductores en las salas de emergencia, en especial debido a los reportes de los hospitales frente a de falta de personal médico y las restricciones de acceso a los centros de salud en Nueva York para reducir el contagio del COVID-19.
También lea Nueva York: Instalan hospitales de emergencia en Centro de ConvencionesAun así, desde la capital del país, el presidente Donald Trump indicó que los inmigrantes indocumentados pueden recibir pruebas para detectar el coronavirus sin temor a consecuencias por parte de las autoridades migratorias.
"Sí, examinaremos a esa persona" sin remitirla a las autoridades de inmigración, dijo Trump en una rueda de prensa el pasado domingo por la tarde del grupo especial de trabajo de coronavirus de la Casa Blanca.
Para Simón, por ahora, su problema no es haber tenido contacto con el coronavirus, sino poder mantener su medicina.
“Una que se llama Symbicort, que utiliza una vez diariamente antes de dormir, me ayuda a prevenir un posible ataque de asma y esta otra (sacrusyt) sirve para dilatar los pulmones. Es salbutamol (…) los abre, es como de emergencia, por si llego a tener alguna crisis”.
El alcalde Bill de Blasio ha dicho que los residentes de la ciudad serán dirigidos a instalaciones donde los atenderían, independientemente de su estado migratorio o si tienen seguro.
Esto es algo que ha comprobado Simón.
“Nunca tuve problemas con la atención. Yo no me puedo quejar de los servicios de los hospitales de la ciudad de Nueva York, súper profesionales”, añadió.
Pero este migrante se siente en riesgo porque tiene solo 30 días de su medicina, las salas de emergencia actualmente son una amenaza para él debido a su vulnerabilidad, ya que en Nueva York hay más de 25.000 personas infectadas con COVID-19 y cada noche se acuesta pensando si podrá acceder a sus medicamentos.
“La sensación de sentirse ahogado y no poder hacer nada es aterradora, es como una pesadilla”, que solo alivia, según él, la certeza de tener su inhalador a la mano.
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