Durante semanas, las fuerzas iraquís apoyadas por los bombardeos de Estados Unidos y la coalición se han acercado a Mosul, el corazón del grupo terrorista Estado islámico en Irak.
Pero a pesar de todo el progreso que ha habido, estas fuerzas parecen todavía lejos de cortar la cabeza del grupo, el escurridizo Abu Bakr al-Baghdadi.
“No sabemos dónde está”, dijo el portavoz de la Operación Inherent Resolve, coronel John Dorrian, a los reporteros en videoconferencia desde Baghdad la semana pasada. “Si supiéramos donde está, sería eliminado de una vez por todas”.
En lugar de certeza, hay rumores.
En las semanas recientes, oficiales del ejercito iraquí han insistido que Baghdadi, de 45 años, se esconde en los túneles y bunkers que corren bajo Mosul, dirigiendo personalmente la defensa de la ciudad.
Más recientemente, reportes desde Irak recogidos por varias fuentes aseguran que Baghdadi está en Mosul preparando su propia muerte y, mientras tanto, seleccionado a su sucesor.
La inteligencia occidental no cree esas versiones. Dicen que si bien ISIS y sus grupos predecesores han optado a veces por el martirio —hasta el punto que algunos lo ven como una especie de culto a la muerte— el líder del grupo ha optado consistentemente por seguir viviendo para pelear la próxima batalla.
Apenas la semana pasada, el secretario de Relaciones Exteriores británico, Boris Johnson, dijo que lo último que se sabe es que Baghdadi “ha salido de escena” en Mosul.
Y ubicarlo en este momento sería sumamente difícil, ya que según algunos, el líder de ISIS es más hábil para evadir ser detectado que incluso el propio fundador de al-Qaeda, Osama bin Laden.
Oficiales estadounidenses dicen que, cuando y si descubren el rastro de Bahdadi, no van a dudar en probar eliminarlo.
“Siempre que hay la oportunidad de eliminar a alguien así, hay siempre un gran impacto”, dijo un oficial a la Voz de América.
Sin embargo, hay también quienes piensan que no matar a Baghdadi, al menos no todavía, podría ayudar en la lucha por destruir a ISIS, ya que podría ser visto por sus seguidores como “el califa que se martirizó por el califato”.