Unas 33.00 personas han sido desplazadas de sus hogares en Mosul y alrededores desde que comenzaron hace tres semanas las operaciones para expulsar al Estado Islámico de la segunda ciudad más grande de Irak.
En medio de intensos combates urbanos el número de los que han huido de la ciudad es menos de lo que se había proyectado, pero los funcionarios de asistencia humanitaria siguen preparándose para atender hasta 700.000 refugiados, que es el "peor escenario" estimado, en medio de una situación "rápidamente cambiante", dijo un funcionario del gobierno estadounidense que estaba entre las personas que hablaron con la prensa el lunes.
Cerca de la mitad de los que huyen de Mosul han ido a refugios, y es un porcentaje inusualmente alto, dijo el funcionario.
Paquetes de comida preparada, conocidos como MREs (Meals Ready to Eat), ya están listos para 1 millón 250 mil personas, y campamentos formales para albergar a 80.000 personas estarán listos para mediados de diciembre. También están listos, unos 900 tanques de agua, sistemas de agua para 50.000 hogares y 100 ambulancias.
La operación de asistencia es liderada por los iraquíes, coordinada por las Naciones Unidas y financiada en gran parte por Estados Unidos y otras naciones.
La contribución prometida de EE.UU. es de $1.100 millones desde 2014, y cerca de la mitad de ese dinero ha sido entregado este año.
Pese a los preparativos y al aprendizaje de otras operaciones humanitarias, hay tremendas incertidumbres debido a la "impredecible naturaleza de la guerra", dijo el primer funcionario estadounidense.
"No tenemos idea de qué nos espera", señaló. Mover la operación humanitaria a Mosul, dependerá de un ambiente de seguridad adecuado para lo cual los equipos de asistencia dependerán de la evaluación de la ONU y el ejército iraquí.
También hay preocupación por las rivalidades sectarias que pudieran afectar la distribución justa de la ayuda.
Se han distribuido procedimientos de revisión para las fuerzas iraquíes y curdas, que ostensiblemente son aliadas, y hay promesas de las principales partes en el gobierno iraquí en Bagdad y la región autónoma curda, para el más alto nivel de transparencia y para que los observadores internacionales monitoreen el proceso de revisión, dijeron los funcionarios estadounidenses.
El objetivo final es asegurar que la mayor cantidad de gente pueda volver a Mosul una vez que se logre la paz.
Sin embargo, hay fuertes preocupaciones de que las fuerzas curdas puedan intentar expulsar a los árabes de algunos vecindarios en esa región diversamente étnica.
Complicando más la situación es una ofensiva lanzada por Turquía al otro lado de la frontera, que parece estar diseñada para limitar la expansión de los curdos en un área que fue parte del Imperio Otomano.
Durante el cerco del Estado Islámico, más de 100.000 cristianos huyeron del área donde la comunidad ha estado presente desde los albores de la Cristiandad.
Una fosa común conteniendo los restos de unos 100 civiles decapitados fue descubierta dentro de la Escuela de Agricultura, en las afueras de Hamman al-Alil, un pueblo al sur de Mosul recapturado de Isis el lunes, dijo el Comando Militar Conjunto de Irak.
Se cree que un millón de personas todavía está en Mosul, el último mayor bastión de los extremistas del Estado Islámico, que en 2014 capturaron la ciudad que era resguardada por los militares iraquíes e impusieron un sangriento régimen islamista.