Se agrupan bajo el denominado Estado Islámico de Irak y el Levante, pretenden instaurar un Califato sunita en la región y se caracterizan por sus despiadados actos sanguinarios.
Los combatientes sunitas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), que en los últimos días lanzaron una arrolladora ofensiva militar en el norte y oeste del territorio iraquí, intregran la organización yihadista más radical en Oriente Medio.
Constituido en 2004 como una extensión de la red al Qaeda en Irak, a la que según entendidos sobrepasa en actos de brutalidad, el EIIL amplió su radio de operaciones a la vecina Siria tras el estallar el conflicto hace más de tres años en esa nación.
Además de haber cometido numerosos atentados suicidas, su modus operandi se caracteriza por usuales decapitaciones en público y también crucifixiones de adversarios, considerados infieles, e incluso de civiles musulmanes que no comparten su interpretación del Islam.
Su objetivo es instaurar un Califato sunita en toda la región como resultado de los territorios que conquistan tanto en Siria como en Irak, un objetivo que los ha convertido en enemistados rivales de su organización matriz –al Qaeda–, y de la filial de ésta en Siria, el frente al Nusra.
El Siria mantienen el control en Raqa, la primera capital provincial que cayó en manos de los yihadistas, donde aplican rigurosamente la ley islámica (sharia) y han demostrado ser extremadamente sanguinarios con todo el que no es sunita.
Acostumbran a dar gran propaganda a sus acciones militares en las redes sociales, donde indistintamente muestran su emblema: una bandera negra estampada con preceptos religiosos, y en las que en los últimos días han exhibido cuantioso armamento ligero y pesado que habrían capturado al ejército iraquí en Mosul.
Tras haber ocupado esta semana esa ciudad del norte de Irak, la segunda en importancia en el país, el gobernador de la provincia, Atheel al-Nujaifi, confirmó a International Business Times, que los yihadistas además de armas se habían robado en oro y dinero el equivalente de $429 millones de dólares.
Los combatientes del EIIL, encabezados por Abu Baker al Bagdadi, izaron de inmediato su bandera negra en Mosul y en la luego también capturada Tikrit, y amenazan con avanzar hacia Bagdad tras aproximarse a poco más de un centenar de millas de la capital.
De Bagdadi se sabe que es un asesino despiadado, cuyo verdadero nombre es Ibrahim al Badri, según investigó el canal árabe Al Arabiya, y a quien algunos califican como el sucesor de Osama bin Laden, incluso ya “más poderoso” que él según el diario francés Le Monde.
Bagdadi nació en Samarra en 1971 y según informó The Washington Post se identifica como descendiente de los Husseini, cuyo vínculo de sangre los une al profeta Mahoma. El terrorista habría sido detenido por fuerzas estadounidenses en 2004 y tras ser liberado en 2007 creó el grupo “Ejército Sunita” que luego pasó a integrarse a la red al Qaeda.
Constituido en 2004 como una extensión de la red al Qaeda en Irak, a la que según entendidos sobrepasa en actos de brutalidad, el EIIL amplió su radio de operaciones a la vecina Siria tras el estallar el conflicto hace más de tres años en esa nación.
Además de haber cometido numerosos atentados suicidas, su modus operandi se caracteriza por usuales decapitaciones en público y también crucifixiones de adversarios, considerados infieles, e incluso de civiles musulmanes que no comparten su interpretación del Islam.
Su objetivo es instaurar un Califato sunita en toda la región como resultado de los territorios que conquistan tanto en Siria como en Irak, un objetivo que los ha convertido en enemistados rivales de su organización matriz –al Qaeda–, y de la filial de ésta en Siria, el frente al Nusra.
El Siria mantienen el control en Raqa, la primera capital provincial que cayó en manos de los yihadistas, donde aplican rigurosamente la ley islámica (sharia) y han demostrado ser extremadamente sanguinarios con todo el que no es sunita.
Acostumbran a dar gran propaganda a sus acciones militares en las redes sociales, donde indistintamente muestran su emblema: una bandera negra estampada con preceptos religiosos, y en las que en los últimos días han exhibido cuantioso armamento ligero y pesado que habrían capturado al ejército iraquí en Mosul.
Tras haber ocupado esta semana esa ciudad del norte de Irak, la segunda en importancia en el país, el gobernador de la provincia, Atheel al-Nujaifi, confirmó a International Business Times, que los yihadistas además de armas se habían robado en oro y dinero el equivalente de $429 millones de dólares.
Los combatientes del EIIL, encabezados por Abu Baker al Bagdadi, izaron de inmediato su bandera negra en Mosul y en la luego también capturada Tikrit, y amenazan con avanzar hacia Bagdad tras aproximarse a poco más de un centenar de millas de la capital.
De Bagdadi se sabe que es un asesino despiadado, cuyo verdadero nombre es Ibrahim al Badri, según investigó el canal árabe Al Arabiya, y a quien algunos califican como el sucesor de Osama bin Laden, incluso ya “más poderoso” que él según el diario francés Le Monde.
Bagdadi nació en Samarra en 1971 y según informó The Washington Post se identifica como descendiente de los Husseini, cuyo vínculo de sangre los une al profeta Mahoma. El terrorista habría sido detenido por fuerzas estadounidenses en 2004 y tras ser liberado en 2007 creó el grupo “Ejército Sunita” que luego pasó a integrarse a la red al Qaeda.