Berlusconi: de la fama al escándalo

Durante años retuvo el poder a pesar de escándalos y acusaciones judiciales.

El primer ministro italiano deja atrás una polémica carrera política en la que las mujeres, los triunfos y los descalabros han ido de la misma mano.

Al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, no le es ajeno el realce público, ha sido electo tres veces para el cargo y recientemente dijo a sus seguidores políticos que Italia “no tenía otra alternativa” que su liderazgo, aunque alguna vez también afirmó que ocupar esa posición política era “una carga” de la que con gusto se libraría.

Con 75 años de edad, Berlusconi no ha dejado de figurar en los titulares de la prensa lo mismo por sus triunfos que por sus meteduras de pata, y se mantuvo en el poder a pesar de escándalos sexuales, acusaciones de fraude y evasión de impuestos, y de la pérdida de popularidad.

Destinado a ser uno de los hombres más ricos de Italia, Berlusconi nació en Milán, el 29 de septiembre de 1936, y desde temprano estuvo en el foco de la atención pública ganándose la vida cantando en clubes nocturnos y a bordo de cruceros para pagarse los estudios.

Luego de graduarse de leyes en 1961, se involucró en el negocio de la construcción, y alrededor de 10 años más tarde, fundó una estación de televisión por cable llamada Telemilano que luego se convirtió en la rutilante estrella de un vasto imperio de difusión denominado Mediaset.

Ese imperio es ahora parte de la compañía matriz de Berlusconi, Fininvest, que posee varias redes de televisión, periódicos, la mayor editorial italiana y el club de fútbol A.C. Milán.

Cuando decidió entrar en la política, en 1994, creó el partido conservador Forza Italia, se postuló para primer ministro y ganó al formar una coalición con las agrupaciones derechistas Alianza Nacional y Liga Norte.

Su debut como primer ministro duró poco, y su gobierno colapsó después de sólo siete meses, al cabo de los cuales fue encausado bajo acusaciones de evasión tributaria.

Eventualmente se le halló culpable pero los cargos fueron luego anulados y Berlusconi se postuló nuevamente en 1996, cuando perdió frente Romano Prodi.

Aun cuando fue derrotado en las urnas, rehusó darse por vencido y resultó electo por segunda vez en 2001, mandato que al concluir lo convirtió en el primer ministro italiano con más años en el cargo después de la Segunda Guerra Mundial.

Ese año, 2006, perdió las elecciones frente a una coalición encabezada por Prodi sólo para ser reelecto dos años más tarde, en 2008, tras la dimisión del primer ministro.

Incluso tras haber perdido en 2006 su nombre no desapareció de los titulares, y volvió a acaparar las noticias cuando se le diagnosticó una arritmia cardiaca y viajó a Estados Unidos para implantarse un marcapasos.

Su reputación de mujeriego fue en aumento a partir de 2008, y un año más tarde su segunda esposa anunció el divorcio cuando Berlusconi fue fotografiado en una fiesta de cumpleaños con la aspirante a modelo de 18 años Noemí Letizia

En julio de 2009, algunos medios italianos difundieron grabaciones de audio en las que se oía al primer ministro hablar con la prostituta Patrizia D´Addario, quien dijo haber sido una de tantas a las que se pagó para que fueran a fiestas en la residencia de Berlusconi en Roma.

Berlusconi negó todas las acusaciones en su contra aunque admitió que no era “un santo”, y más recientemente está a la espera de juicio por presuntamente haber pagado a cambio de tener relaciones sexuales con muchachas menores de edad, incluida una bailarina de 17 años apodada “Ruby”.

Aunque la joven, cuyo nombre real es Karima El Mahroug, negó haber tenido relaciones sexuales con el primer ministro, sí admitió haber aceptado $9.000 dólares para asitir a una fiesta en su residencia.

Además de incidentes como estos, a Berlusconi también le han dado renombre sus meteduras de pata políticas, y poco después de haber sido electo presidente de EE.UU. en 2008 Barack Obama el primer ministro italiano dijo que éste tenía un buen “bronceado de sol”.

En 2009, sobresaltó a la reina Isabel de Gran Bretaña cuando en medio de una cumbre del G-20 en Londres vociferó para llamar al presidente Obama.

El mismo estima haber comparecido durante las últimas dos décadas unas 2.500 veces ante los tribunales, aunque a pesar de las controversias y la pérdida de popularidad (sólo un apoyo actual de 24 por ciento) se ha mantenido en el poder, desoyendo llamados para que renuncie.

La revista estadounidense lo sitúa en el número 21 de la lista de las personalidades más poderosas del mundo, mientras que en la relación de los más adinerados ocupa el lugar 118, con una riqueza estimada en $6.200 millones de dólares.