Cuando faltan 50 días para que se concrete el Brexit y mientras siguen creciendo las preocupaciones por una separación potencialmente caótica de Gran Bretaña de la Unión Europea, la primera ministra británica, Theresa May, se está preparando para retrasar la segunda votación parlamentaria sobre su acuerdo con Brexit hasta fines de febrero, informó el periódico Telegraph, el miércoles por la noche.
El jefe del gobierno del primer ministro, o el látigo, indicó en una reunión de gabinete el martes que la votación no se celebrará la próxima semana como se esperaba porque May no habrá renegociado su acuerdo a tiempo, dijo el informe, sin citar sus fuentes.
El mes pasado, los legisladores británicos rechazaron el acuerdo original de May que establecía los términos por los cuales Gran Bretaña saldría de la Unión Europea. Votaron para exigir que se busquen cambios en el tratado.
Pero la UE no hará una nueva oferta, dijo el miércoles el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien dedicó el miércoles palabras duras a los políticos británicos que promovieron ese divorcio sin pensar previamente en cómo lo harían.
Al parecer Tusk también borró toda esperanza británica de reabrir pronto las negociaciones sobre el acuerdo de separación que fue rechazado tajantemente por los legisladores británicos el mes pasado.
El ejecutivo europeo, quien previamente se reunió con el primer ministro irlandés Leo Varadkar, dijo a los periodistas que se ha “preguntado cómo sería un lugar especial en el infierno para los que promovieron el Brexit sin siquiera un esbozo de plan para realizarlo de forma segura”.
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Gran Bretaña se separará de la UE el 29 de marzo, la primera vez que un país del bloque lo hace. La primera ministra británica, Theresa May, estará en Bruselas el jueves con la intención ha dicho de un mandato parlamentario para reabrir el borrador del acuerdo de separación, sellado después de 18 meses de negociaciones intensas y muy técnicas.
Los 27 países restantes de la UE “no harán oferta nueva alguna” al gobierno británico, advirtió Tusk el miércoles, alegando que el acuerdo de retiro -que es legalmente vinculante para sellar el divorcio- es un plan que May negoció y defendió vigorosamente y por lo tanto no puede renegociarse.
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May dijo que trata de negociar cambios en el acuerdo en lugar de la eliminación total del llamado “backstop”, o salvaguarda, cuyo fin es mantener abierta la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda, miembro de la UE. La zona fronteriza fue un lugar muy volátil durante las décadas de conflicto y el proceso de paz se sustenta sobre el tránsito libre de personas y bienes.
La gobernante reiteró en un discurso en Belfast el martes su compromiso “inquebrantable” de evitar una frontera rígida y sostuvo que no se trataba de eliminar totalmente la “póliza del seguro”.
Tusk y Varadkar destacaron que se aceleran los preparativos para el caso potencialmente desastroso de una salida de la UE sin acuerdo el 29 de marzo.Por su parte,
La votación sobre un nuevo acuerdo se está planificando para la semana que comienza el 25 de febrero, poco más de un mes antes de que Gran Bretaña salga de la UE el 29 de marzo, según el informe.
May está programada para viajar a Bruselas el jueves para decirles a los líderes de la UE que deben aceptar cambios legalmente vinculantes a los acuerdos fronterizos irlandeses del acuerdo de divorcio o enfrentar la posibilidad de un Brexit desordenado sin acuerdos.
Londres y Bruselas están discutiendo sobre si se puede cambiar el acuerdo Brexit cerrado en noviembre, lo que aumenta la posibilidad de un retraso en el Brexit, un acuerdo de último minuto o una salida sin acuerdo.
El martes, el Telegraph informó que los ministros habían discutido el retraso del Brexit en ocho semanas.