La rambla se alista para las elecciones

  • Federica Narancio

Los activistas reparten listas a todo pulmón antes de las elecciones el domingo.

En la avenida que recorre la costa de Montevideo, militantes y personas contratadas reparten listas de los candidatos y tratan de convencer a los indecisos a horas de las elecciones.

La rambla de Montevideo, una avenida peatonal que recorre la costa de la ciudad, congrega a los deportistas, los transeúntes, los enamorados, amigos y familiares que se juntan a tomar mate o una cerveza en los días de calor.

En épocas de campaña electoral, también es el lugar elegido por los militantes para portar banderas, repartir listas y convencer a los uruguayos de que voten por su candidato.

El sábado por la tarde, la veda electoral parecía no regir en la rambla. A la altura del barrio Pocitos, había varios militantes del Partido Nacional y del Partido Independiente que esperaban agazapados a que frenaran los coches para repartir listas. Poco importaba que algunos coches tuvieran banderas del Frente Amplio, igual lo intentaban.

Una camioneta estacionada y llena de calcomanías del Partido Nacional pasaba música cumbia a todo volumen. Dos jóvenes del partido colgaban una enorme bandera desde dos postes de luz.

“Venimos a ponerle color al partido”, explicó Juan Ignacio Bruno, de 20 años.

“He hecho de todo. Ando con la camioneta repartiendo listas por todos lados, llevando carteles a las casas. Es la primera vez que participo de la campaña ya que tengo 20, y la verdad que la experiencia es muy linda”, dijo a la Voz de América.

Algunos conductores tocaban bocinazos impacientes cuando los militantes – en su mayoría jóvenes – cruzaban delante de sus coches a darles una lista, y en otros casos a plantárselas en los limpiaparabrisas.

“Le dedico un mínimo de ocho horas a la campaña y he llegado a hacer 14 y 15 horas”, dijo Alejandra Bordach, una joven de 25 años que votará al Partido Independiente, un partido menor que tiene entre el 2 y el 3% de la intención de voto, según la mayoría de las encuestadoras.

Pero a Bordach las encuestas no la desaniman. “Somos un partido chico que recién arrancó. Nuestro objetivo es llegar al Parlamento con un senador y aspiramos a cuatro diputados, y desde ahí mostrarle a la gente que su voto vale”.

Lo que le gusta de su partido, según dijo, es que no es “ni negro ni blanco como todo en Uruguay”. “El Partido Independiente propone un gris. No es tan radical como los demás ni para la derecha ni para la izquierda”.

Otras personas repartían listas en la rambla no por convicción política sino por trabajo.

“Nos contrataron para repartir listas todos los días durante ocho horas. Te pagan $ 30, te dan la comida y luego te llevan a tu casa”, contó Sheila Mercant, una joven de 16 años que va al liceo nocturno y vive en el barrio Maroñas, que es de bajo poder adquisitivo.

“Mucha gente allá en mi barrio viene a repartir las listas, porque la verdad nadie tiene trabajo”, dijo Mercant. En su caso, repartía listas del Partido Colorado.

Junto a los demás militantes, Mercant esperaba la luz roja del semáforo para salir a repartir las últimas listas antes de que los uruguayos vayan a las urnas.