Manifestantes ondeando banderas estadounidenses bloquearon la llegada de tres autobuses que llevaban cerca de 140 detenidos a un centro de procesamiento de la Patrulla Fronteriza en Murrieta, situada entre Los Ángeles y San Diego.
Unos 150 manifestantes gritaban “Vayánse a casa” y “Queremos seguridad”. Algunos de los manifestantes pertenecen al colectivo Minuteman, pero otros eran defensores de los inmigrantes.
Las autoridades pretendían procesar a los detenidos, la mayoría mujeres y niños recién llegados de Centroamérica, y luego liberarlos a través de grupos religiosos voluntarios con la obligación de presentarse luego a las cortes de inmigración.
El alcalde de Murrieta, Alan Long, había urgido a los residentes de la ciudad a manifestarse en contra de lo que sería una serie de llegadas de inmigrantes a la ciudad.
“Murrieta espera que nuestro gobierno haga cumplir las leyes, incluyendo de la deportación de inmigrantes ilegales detenidos al cruzar la frontera y no dispersarlos en nuestras comunidades locales”, había dicho el alcalde Long, el lunes.
Los inmigrantes habían sido detenidos en Texas y llevados por avión a California. Ante el bloqueo las autoridades migratorias decidieron dar marcha atrás a los vehículos y los inmigrantes fueron llevados por precaución a otro centro de detención en un lugar no revelado.