Los guardias que estaban en el centro de detención del norte de México en el que murieron 40 migrantes en un incendio, no tenían las llaves de la celda, dijo el martes el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los cuerpos de 31 de los fallecidos, en su mayoría centroamericanos, ya han sido repatriados a sus países de origen, informaron las autoridades mexicanas el martes.
El incendio en el centro de detención de Ciudad Juárez, localidad fronteriza con Texas, ocurrido el 27 de marzo por la noche, fue iniciado en señal de protesta por un pequeño grupo de migrantes detenidos y desencadenó la mayor tragedia que se recuerde en instalaciones de la agencia de migración mexicana.
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En imágenes de video de una cámara de seguridad, puede verse a unos guardias que se salían de la sala mientras iniciaba el fuego en unos colchones dentro de la celda en la que estaban decenas de migrantes, sin que hicieran ningún intento por liberarlos.
Hasta el momento no estaba claro quién tenía las llaves de la celda o si había más de un juego. pero el presidente mexicano afirmó el martes que la intoxicación que provocó la muerte de los migrantes tuvo lugar porque “quien tenía la llave, no estaba”.
Cinco personas —tres funcionarios de migración, un guardia privado y el migrante venezolano que presuntamente inició el fuego— están bajo proceso, acusados de homicidio y lesiones ya que en el suceso una treintena de personas quedaron heridas.
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