El primer ministro de Australia, Scott Morrison, dijo este jueves que invitó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a visitarlo en septiembre, durante una conversación telefónica “muy cálida” entre ambos.
“Él considera la relación entre Australia y Estados Unidos como vital para la paz y la seguridad en nuestra región”, explicó Morrison, “Y eso es cierto (…) En cuanto a esta relación “no hay nada que arreglar, solo cosas que mejorar”.
La Casa Blanca dijo posteriormente que Biden describió a Australia como un pilar de estabilidad en la región “Indo-Pacífico y en el mundo”.
Ambos líderes “acordaron también a trabajar unidos, junto a otros aliados y socios, para llevar ante la justicia a los responsables del golpe en Birmania”, agregó el comunicado de la Casa Blanca.
“Afirmaron su compromiso para trabajar unidos para avanzar nuestros valores compartidos, la seguridad global y la prosperidad”, dijo el comunicado.
Morrison invitó a Biden a visitar Australia para conmemorar el 70 aniversario del Tratado ANZUS, un pacto de defensa que en un tiempo incluyó a Nueva Zelanda y fue firmado el 1 de septiembre de 1950.
Morrison dijo que Biden reaccionó positivamente a la invitación.
“Me dijo que no necesitaba razones especiales para venir a Australia porque le gusta el país”, dijo Morrison.
Los presidentes estadounidenses que hacen el viaje de 15.900 kilómetros hasta Australia generalmente visitan otras capitales de Asia o el Sureste de Asia. El último presidente de EE.UU. que viajó a Australia fue Barack Obama.
Los viajes diplomáticos han estado virtualmente paralizados en todo el mundo por la pandemia del coronavirus, pero si se logra con éxito vacunar a millones de personas, podrían reanudarse.
Morrison dijo también que no espera un cambio de dirección de Estados Unidos con China durante la administración de Biden.
“Pienso que Estados Unidos y Australia tienen y seguirán teniendo un muy fuerte relación en estos temas de seguridad (de la región) Indo-Pacífico”, declaró.
Australia mantuvo una relación ocasionalmente problemática con la administración del presidente Donald Trump, con fricciones sobre un acuerdo de la era de Obama para que EE.UU. acogiera a refugiados musulmanes que se les negara la entrada en Australia y diferencias sobre los aranceles de Estados Unidos al acero.