España sigue lidiando con una gran afluencia de inmigrantes que en semanas recientes han estado llegando a las Islas Canarias.
Casi 17.000 inmigrantes han llegado en este año, lo cual ha sobrepasado la capacidad de las instalaciones temporales en el puerto Arguineguín, en la isla de Gran Canaria, reportó la agencia de noticias AFP. El lugar fue diseñado para albergar a 400 personas, según datos revelados por la agencia The Associated Press, la agencia agregó que muchos inmigrantes duermen en el piso de cemento y pasan horas bajo el sol.
AP además publicó que funcionarios españoles abrieron una instalación secundaria para unos 200 inmigrantes para aliviar un poco de la presión. La agencia Reuters reportó el viernes que el gobierno ha prometido abrir más locales capaces de acomodar hasta a 7.000 inmigrantes.
Políticos locales y grupos humanitarios han sido críticos con cómo el gobierno español ha estado manejando el aumento de inmigrantes, la mayoría de los cuales proceden de Marruecos y Senegal.
También lea España acepta a muy pocos inmigrantes, muchos son venezolanos"Yo reconozco que tenemos que ser autocríticos porque en cierto punto, quizás las condiciones en el Puerto Arguineguín no sean las ideales para seres humanos”, dijo la ministra de Defensa, Margarita Robles, en declaraciones a la televisión pública española, TVE, según AFP. "Tenemos una crisis humanitaria" en las Islas Canarias y “nadie debe apartar la mirada”.
La legisladora canaria, Ana Oramas fue más allá diciendo al Parlamento español que la situación es “un polvorín”, sus palabras fueron retomadas por AP.
“[Las Islas Canarias] son un volcán esperando explotar”, dijo Oramas.
Además de agregar más instalaciones, el gobierno español está tratando de frenar el flujo de inmigrantes a través de medios diplomáticos, reportó AFP, citando pláticas recientes con Marruecos y Senegal.
Las Islas Canarias han sido antes un punto caliente de inmigrantes. En 2006, unos 30.000 inmigrantes alcanzaron el archipiélago antes que una intensificada vigilancia española logró bajar el ritmo.
En ese momento, España alcanzó un acuerdo con países africanos que eran la fuente de estos inmigrantes, prometiendo ayuda financiera a cambio de programas de desarrollo, lo cual hizo que abandonar sus países de origen fuera menos atractivo para los migrantes.