El empresario colombiano Harold Correa, migró a España hace más de dos décadas con un sueño común entre migrantes: estudiar y trabajar para salir adelante. En el proceso, conoció de mi primera mano las problemáticas que aquejaban a esta población, entre ellas, no poder abrir cuentas de banco debido a su estatus migratorio.
Motivado por cerrar la brecha de la exclusión financiera, Correa fundó Íkualo, una aplicación bancaria que ahora permite a los inmigrantes indocumentados en Europa abrir una cuenta solamente con el pasaporte.
La Comisión Europea estima que en la comunidad política viven unos 23,8 millones de ciudadanos de países no pertenecientes a la Unión Europea. En España, el número de migrantes viviendo en el país supera los 6.5 millones, según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
“Los migrantes que vienen con permiso de turista, les caduca a los tres meses. Y hasta que la burocracia nos permita tener el permiso de residencia pueden pasar dos o tres años. Entonces una persona como nosotros no puede acceder a ningún servicio financiero y esto lo que hace es excluirnos”, dijo Correa a la Voz de América.
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha denunciado que las personas migrantes en ese país se “enfrentan a innumerables trabas en el acceso y mantenimiento de una cuenta bancaria”. Esto, a pesar de que las legislaciones de la Unión Europea exigen “la no discriminación” a la hora de acceder a este tipo de herramientas.
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“Una población que no está bancarizada es casi una población condenada a la pobreza. Entonces nosotros buscamos ayudar a nuestra comunidad migrante”, dice el fundador del neobanco, como se le conoce a un número creciente de empresas de tecnología financiera que ofrecen algunos o la mayoría de los servicios de un banco tradicional en un modelo puramente digital.
Entre las razones por las que se les niega el servicio en la banca tradicional, según la CEAR, son el “no reconocimiento de documentos de identidad”, así como la petición de documentación adicional a la que los migrantes no tienen acceso.
Íkualo logró hace cinco meses adquirir la licencia de entidad de dinero electrónico, y desde entonces, han alcanzado 39.000 personas registradas en la lista de espera para acceder a los servicios.
De los usuarios actuales, el 35 % son colombianos. Además, registran venezolanos, chilenos y argentinos. Otras nacionalidades incluyen ciudadanos chinos y africanos.
“En un principio pensamos que era solamente para latinoamericanos, pero hemos visto que se han unido otras comunidades”, agregó.
“Cambia todo para ti”
John Brammer Giraldo salió de su natal Pereira, Colombia, hace dos años con destino a España y desde entonces, no ha logrado regularizar su estatus migratorio lo que lo mantenía alejado de los servicios bancarios.
Giraldo contó a la Voz de América que en servicios como el tren Renfe AVE, que lo transporta de Madrid a Barcelona, se pueden conseguir pasajes comprados con tarjeta a partir de 15 euros. Sin embargo, él se veía obligado a pagarlo desde 60 euros por ser una compra en efectivo.
“Estuve buscando todo este tiempo una cuenta (de banco) pero en todos lados me decían que no… me recomendaban lugares hasta que me cansé de voltear. Un día me encontré con la noticia (de Íkualo) por casualidad, me metí a la página, había que hacer una solicitud, la hice y ya… me ha servido mucho”, dijo Giraldo.
El joven colombiano accedió a los servicios del neobanco hace un mes.
Giraldo llegó a España después de la pandemia de COVID-19, y logró entrar con un permiso de turismo de tres meses. Transcurrido el tiempo, encontró trabajo y decidió quedarse.
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“Hago de todo. He trabajado de mesero, de cuidador de adultos mayores, de limpieza… uno acá tiene que reinventarse”, dijo el migrante, quien aceptó haber tenido en cuenta las complicaciones que implican ser indocumentado.
Para Giraldo, era un tema de seguridad. “No es lo mismo andar con su dinero en una cuenta, a tener un sueldo que te acaban de pagar en el bolsillo. Tu no sabes qué puede pasar, si se te pueden hasta perder”, agregó.
“La facilidad de poder tenerlo todo en el teléfono cambia todo para ti”, dijo Giraldo.
¿Cómo funciona Íkualo?
Correa detalló a la VOA que a los usuarios les toma cerca de siete minutos abrir la cuenta en la aplicación. Desde el teléfono móvil se debe escanear el pasaporte, y esto abre el acceso a la banca “a cualquier inmigrante sin papeles que esté aquí en Europa”.
Además de ofrecer servicios de depósito de dinero, Íkualo ofrece microcréditos con pasaporte, envíos de dinero desde la aplicación, pagos de factura de luz, agua y teléfono, y entrega de compra.
El fundador detalló que las personas que se encuentran en la lista de espera son extraídas en una lista para enviarles directamente un enlace de registro que les lleva a la aplicación. De esta manera, tienen comunicación con el usuario para que “ellos nos vayan diciendo qué hay que cambiar, mejorar e incorporar”.
“Queremos abrir 50.000 cuentas este primer año de 2024, así que poco a poco le vamos dando acceso a todos los usuarios”, agregó Correa.
Quienes tienen acceso a la aplicación, pueden usar su tarjeta débito, ingresar dinero y hacer pagos digitales en siete idiomas diferentes.
“No necesitan tener un permiso de residencia, solamente estar viviendo aquí en Europa, en cualquier país europeo y tener un pasaporte. Con eso se descargan la aplicación y ya tienen su cuenta bancaria y pueden acceder a todos los productos y servicios que nosotros tenemos para nuestra comunidad”, dijo Correa.
Algunos servicios de Íkualo se pueden comparar con empresas de envío de remesas existentes en Europa o Estados Unidos. Sin embargo, la centralización de los servicios en una sola aplicación para indocumentados, es su propuesta principal.
La licencia de dinero electrónico recién adquirida por Íkualo está regulada por el Banco de España. Las cuentas relacionadas a la aplicación están aseguradas por hasta 250,000 euros por cada usuario.
“Si le pasa algo al dinero… digamos que se desaparece Íkualo, el dinero está resguardado por el Banco Europeo y por el Banco de España”, explicó Correa.
Servicio creado por un inmigrante
Correa contó a la VOA que llegó a España cuando tenía 20 años: “sin papeles y acabando de terminar una carrera intermedia en Colombia”. Nació en Barranquilla y fue criado en una “familia bastante humilde”.
“Me encontré que no podía conseguir trabajo porque no tenía papeles… mientras me daban el permiso de residencia tuve que trabajar en construcción, repartiendo periódico, lavando platos… todo lo que se puedan imaginar que un inmigrante haya trabajado”, dijo sobre su llegada a Europa.
Una vez obtuvo su documentación, el joven colombiano se dedicó a estudiar tecnología y finanzas, lo que lo introdujo al mundo de las corporaciones bancarias y las pequeñas empresas.
El camino hasta fundar Íkualo no estuvo libre de obstáculos, especialmente las “barreras de regularización".
“Nos encontramos con el reto de que el mercado migrante quizás no lo conocen en los fondos de inversión de aquí de Europa… no nos daban la licencia durante meses, hasta que por fin pudimos hacer presión y conseguimos pasar todos los requisitos”, contó.
Ahora, Correa y su equipo esperan expandir operaciones y hacer de la tecnología una accesible para los migrantes en Europa. Vencida la limitación que presupuso al comienzo conseguir los permisos, y con la aplicación ya en funcionamiento, ahora le queda un camino hacia el mejoramiento de la experiencia de usuario, explicó.
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