El presidente Barack Obama regresó el domingo a Washington luego de dos semanas de sol y golf en la isla de Martha’s Vineyard, en Massachusetts y se incorpora este lunes al ajetreo político de los últimos meses de su presidencia.
El martes, Obama tiene previsto visitar Baton Rouge, Luisiana, para acompañar a los habitantes de la capital del estado, que sufren las penurias causadas por las inundaciones en lo que se considera la peor tragedia natural desde el huracán Sandy en los estados del este.
Su visita llega nuevamente tarde, días después de la del candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, que intentó llenar el vacío y ganar puntos en su ausencia.
No obstante, Obama se adelanta por una semana al Congreso, que aun no regresa de su receso de mes y medio, y con el que tiene una agitada agenda pendiente que deberá ser resuelta antes del 30 de septiembre cuando termina el año fiscal y cuando los legisladores se retiran nuevamente para atender sus campañas políticas de cara a las elecciones del 8 de noviembre.
La Casa Blanca continuará presionando por obtener dinero para luchar contra el virus del Zika, aprobar un presupuesto y los republicanos en el Congreso seguramente querrán nuevas explicaciones sobre los $400 millones de dólares que la administración entregó a Irán en enero de este año, supuestamente como rescate a cambio de la liberación de cinco prisioneros estadounidenses.
También se espera que durante el mes de octubre el presidente apoye “agresivamente” la campaña presidencial de Hillary Clinton, antes de entregar la presidencia el 20 de enero de 2017.