El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo este jueves que el brote de coronavirus “se está convirtiendo aceleradamente en una crisis de derechos humanos”.
En un comunicado, Guterres llamó a los gobiernos a asegurar que la atención de la salud esté disponible y accesible para todas las personas, los paquetes de ayuda lleguen a los más necesitados y que todos tengan la capacidad de obtener comida, agua y un techo.
“Hemos visto cómo el virus no discrimina, pero su impacto lo hace, exponiendo profundas debilidades en el funcionamiento de los servicios públicos y en las desigualdades estructurales que impiden acceder a ellos. Tenemos que asegurar que se tengan en cuenta en la respuesta”, dijo Guterres.
Añadió que no se debe olvidar que “la amenaza es el virus, no las personas”.
El mensaje del secretario general coincide con una advertencia de las autoridades mundiales de salud de que mientras algunos países han visto un gran progreso y están comenzando a aliviar las medidas de confinamiento, la lucha contra el virus está lejos de terminar.
"No se equivoquen, queda muchísimo por hacer. Este virus va a estar con nosotros por mucho tiempo”, dijo el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus. "La mayoría de los países están aún en las primeras etapas de la epidemia y algunos de los primeros afectados ahora están viendo una resurgencia de los casos”.
También lea Informe: COVID-19 duplicaría hambruna en el mundoLas autoridades de salud de Estados Unidos también están exhortando al público que estén al tanto de la próxima temporada de influenza y se vacunen para ayudar a mitigar una nueva crisis de recursos de salud si hay muchos casos de flu y coronavirus al mismo tiempo.
Con las dos enfermedades que comparten síntomas similares, el director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, Robert Redfield, dijo a los reporteros: “Tendremos que distinguir cuáles son de flu y cuáles de coronavirus”.
Muchos países siguen enfocados en detener la pandemia con medidas de quedarse en casa, pero algunas de esas restricciones complican las costumbres del mes sagrado del Ramadán de los musulmanes, que comienza esta semana.
Indonesia, Turquía y Malasia, por ejemplo, han pedido a los fieles que se mantengan en sus casas, pero en Pakistán están abiertas las mezquitas y las autoridades solamente han aconsejado respetar la distancia social.
El problema de hasta qué punto permitir a las personas reunirse para actos religiosos existe en muchos países y entre muchas religiones.
Las autoridades estadounidenses advirtieron a las personas que no salieran a celebrar la Pascua cristiana este mes, pero algunas iglesias desafiaron las órdenes estatales de confinamiento y recibieron a sus feligreses.
Muchos argumentan que el gobierno está violando sus derechos de libertad de religión y reunión.
Sin embargo, un juez de California dijo que en tiempos de emergencia el gobierno tiene el poder de “dictar remedios de emergencia, que a su vez infringen los derechos constitucionales fundamentales”.
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