Los representantes de Rusia y China ante Naciones Unidas (ONU), vetaron una resolución del Consejo de Seguridad que contiene una referencia a posibles sanciones contra Siria, rechanzando la represión aplicada por el gobierno del presidente Bashar al-Assad contra los manifestantes de la oposición.
El veto generó la indignación de Estados Unidos y los países europeos. En particular, la embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, criticoó el hecho de que el proyecto redactado por Francia, Gran Bretaña, Alemania y Portugal fuera rechazado por países que prefieren vender armas al régimen sirio.
“Estados Unidos cree que ha llegado hora de que este Consejo asuma sus responsabilidades e imponga enérgicas sanciones y un embargo de armas al régimen de Assad, como lo hemos hecho internamente" de parte del gobierno de Estados Unidos, afirmó Rice.
La diplomática agregó que "no obstante hoy, el valiente pueblo de Siria puede ver claramente quien en este Consejo apoya su anhelo de libertad y derechos humanos universales y quien no”, declaró Rice.
La propuesta demanda el inmediato fin del derramamiento de sangre en Siria y requiere un nuevo proceso político en un ambiente libre de violencia, temor, intimidación y extremismo.
Una explícita amenaza de sanciones fue reemplazada con un lenguaje que meramente hace alusión a su posible consideración.