Decenas de miles de manifestantes marcharon el sábado en París para exigir una campaña nacional de sensibilización y una mayor inversión del gobierno para prevenir la violencia doméstica letal contra las mujeres, un problema que el presidente Emmanuel Macron ha calificado como “la vergüenza de Francia”.
Los participantes formaron una ola de banderas de color púrpura y carteles que serpenteó las calles desde la Plaza de la Ópera a través del este de París, en medio de una protesta pública sin precedentes para denunciar los actos de violencia contra las mujeres y para recordar a las 130 mujeres que, según los activistas, han sido asesinadas este año en Francia por su pareja actual o por su expareja. Eso significa una cada dos o tres días.
Aunque Francia tiene una reputación progresista y defiende los derechos de la mujer en todo el mundo, tiene uno de los índices más altos de violencia doméstica en Europa, en parte debido a la escasa respuesta de la policía a las denuncias de abusos. Muchas de las mujeres asesinadas este año habían solicitado previamente ayuda a la policía.
En la marcha del sábado, una de las mayores manifestaciones de este año en París, varias estrellas francesas de cine y televisión se unieron a las víctimas de abusos y a los activistas que exigían que se pusiera fin a los feminicidios. Muchas llevaban pancartas que decían “Enfermos de violación”.
La protesta se produjo en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de las Naciones Unidas y su objetivo es presionar al gobierno francés antes de que dé a conocer el lunes nuevas medidas para abordar el problema.
Se espera que las medidas incluyan la incautación de armas de fuego a personas sospechosas de violencia doméstica y la priorización de la capacitación policial para que no desestimen las quejas de las mujeres como un asunto privado.
“Vivimos en una cultura que encuentra excusas para los agresores”, lamentó Alyssa Ahrabare, portavoz del grupo activista Osez le Féminisme (Pruebe el feminismo) a AP. La oradora pidió una mejor capacitación para el personal en las comisarías de policía y los hospitales que entran en contacto con las víctimas de la violencia doméstica, y la creación de más refugios para las mujeres maltratadas.