En 2014, los precios del petróleo sufrieron la caída más grande desde la crisis financiera de 2008.
Al cierre de los mercados a finales de 2014, el precio tanto para el crudo Brent de referencia internacional como el de Texas estadounidense cayó en más del 45 por ciento durante el año.
Casi toda la caída libre se produjo desde junio, cuando los precios estaban por encima de los $100 dólares el barril.
A finales de año, el Brent se negociaba a $57,33 dólares el barril y el crudo estadounidense a $53,27 dólares.
Los analistas atribuyeron la caída de los precios a un exceso de oferta en el mercado mundial, causada por una variedad de factores.
Estados Unidos y Canadá han aumentado su producción de petróleo, con la ayuda de la tecnología de fracturamiento hidráulico que permite a las empresas de perforación llegar a yacimientos que antes no podían ser aprovechados.
La producción de petróleo de Estados Unidos llegó a nueve millones de barriles diarios, el nivel más alto en más de 30 años.
Al mismo tiempo, el crecimiento económico se desaceleró en China, el mayor consumidor de energía del mundo, mientras que la economía de Japón cayó una recesión y las economías de la zona Euro muestran una desaceleración.
En EE.UU., el petróleo más barato ha llevado a los precios más bajos de la gasolina para los automovilistas en varios años, lo que ayuda a acelerar el crecimiento del motor económico mundial.
Los expertos en petróleo dicen que los precios podrían seguir cayendo en el primer trimestre de 2015, antes de repuntar a finales de año.