El departamento de policía de Los Ángeles ordenó la compra de 7.000 cámaras de video portátiles para policías como una manera de generar más confianza en la ciudadanía, luego de las intensas protestas en Ferguson por el caso de Michael Brown.
El anuncio lo hizo el alcalde de la ciudad, Eric Garcetti, quien dijo que consiguieron un descuento especial del fabricante y que se complementará el gasto con más de un millón de dólares provenientes de donaciones privadas recolectadas por la comunidad de Los Ángeles.
En el presupuesto que acaba de aprobar el Congreso no se incluyó un requerimiento del presidente Barack Obama que ofrecía fondos para solventar en un 50 por ciento el gasto de la compra de cámaras de los departamentos de policía. Esta medida podría haber facilitado la adquisición de 50.000 cámaras de video.
El gobierno del presidente Obama no planea una serie de programas que faciliten equipos a la policía al grado militar, pero sí está trabajando en una disposición para que las agencias federales encargadas de proveer los equipos cumplan con ciertas exigencias y requisitos de los grupos de derechos humanos y de la policía.
Una compañía fabricante de este tipo de cámaras dijo que las solicitudes para probar sus aparatos aumentaron en un 70 por ciento, el pasado mes de agosto cuando se iniciaron las protestas en Ferguson y que en el mes de septiembre la empresa, con sede en Seattle, alcanzó el mayor récord de ventas de su historia.
Si bien ACLU se opone al aumento del uso de este tipo de cámaras vigilantes sí las considera útil en el sentido que sirven para monitorear el accionar de la policía relacionado con el abuso de poder y autoridad.