La principal organización indígena de Ecuador dio un portazo al diálogo abierto con el gobierno para resolver la violenta crisis por ajustes económicos que deja en una semana cinco muertos y cientos de heridos en manifestaciones.
"Nada de diálogo con un gobierno asesino", dijo la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) en un comunicado firmado por su presidente, Jaime Vargas.
El dirigente, que llamó a "radicalizar las acciones" mediante "bloqueos de vías y las tomas" de edificios públicos, habló también frente a los indígenas que se concentran en un coliseo de Quito.
"¡Vamos a radicalizar con más fuerza, compañeros, y si tiene que denunciar y si tiene que matarme que me maten!", exclamó Vargas.
El dirigente lanzó agua fría a la expectativa abierta por el presidente Lenín Moreno frente a un posible arreglo con mediación de la Iglesia católica y Naciones Unidas.
Ecuador quedó enfrentado a una nueva escalada de la crisis tras una semana de violentas manifestaciones, que además de dejar víctimas sumieron en el caos a Quito e interrumpieron el transporte de crudo por el principal ducto del país.
También lea Presidentes de Perú y Chile rechazan "intento de desestabilizar" a Moreno en EcuadorLa Defensoría del Pueblo informó de cinco civiles muertos, incluido un dirigente indígena, desde el inicio de la protesta el 2 de octubre. Ocho policías también están en poder de militantes de la Conaie en el coliseo donde hierven los ánimos contra el gobierno.
En un mensaje transmitido por radio y televisión, el secretario general de presidencia, José Briones, habló apenas de dos muertos y denunció el secuestro de uniformados. Aun así "reiteramos nuestra disposición al diálogo siempre en el marco de la paz", señaló el portavoz.
Líderes indígenas detienen a la policía
Los líderes indígenas en Ecuador capturaron y exhibieron públicamente a ocho policías ante una multitud el jueves, rechazando una dura represión gubernamental contra las protestas contra la austeridad que han sacudido la administración del presidente Lenin Moreno.
En una escalada de manifestaciones de una semana sobre la finalización de los subsidios a los combustibles y el acuerdo de préstamo de Moreno con el Fondo Monetario Internacional (FMI), los manifestantes detuvieron a los oficiales en un centro cultural en Quito como base de oposición, dijeron testigos de Reuters.
Los ocho oficiales fueron forzados en el escenario frente a miles de personas. Pareciendo asustados, se les pidió a los oficiales que se quitaran sus cascos, chalecos antibalas y botas.
También lea Cronología de la crisis en EcuadorLa acción siguió a enfrentamientos con la policía durante una huelga nacional el miércoles que mató al menos a un manifestante en la capital de las tierras altas. La oficina del defensor del pueblo está investigando informes de otras muertes.
Los disturbios en Ecuador son el último punto crítico en América Latina sobre las reformas económicas estructurales impopulares. El presidente argentino, Mauricio Macri, fue derrotado en una votación primaria de agosto en medio de una fuerte oposición a un acuerdo con el FMI que firmó el año pasado.
Quejándose de la falta de cobertura en los medios locales de violencia policial, los líderes indígenas pidieron a los periodistas de televisión que subieran al escenario y exigieron que las emisoras mostraran la escena en vivo.
Al menos tres canales privados cumplieron.
En un mensaje a Moreno, Vargas agregó: "No juegues con los indígenas".
El gobierno respondió pidiendo la liberación de los agentes de policía como condición para las conversaciones.
"Exigimos que cualquier proceso de diálogo se realice en un marco de paz", dijo el secretario general del gobierno, José Briones, en un breve discurso televisado.
Uno de los agentes de policía le dijo a la multitud en el centro cultural que su grupo se había acercado a los manifestantes con la esperanza de mostrarles que las fuerzas de seguridad no eran todas abusivas.
Un sector castigado
Los pueblos originarios encarnan el descontento social por las reformas económicas que impulsa Moreno en el marco de un programa de millonarios créditos destinados, según él, a salvar de la "debacle" a la dolarizada economía ecuatoriana tras años de "derroche, endeudamiento y corrupción" en el gobierno de su antecesor y exaliado, Rafael Correa.
Entre los ajustes está la eliminación de los subsidios al diésel y la gasolina, lo que disparó las tarifas hasta en un 123%.