Autoridades de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos explicaron a la Voz de América que esperar en México por el proceso de asilo ha generado cambios en la actividad de la frontera, mientras la espera de los migrantes es cada vez más difícil.
Aquellos que se encuentran esperando asilo, en el albergue El Buen Samaritano, en Ciudad Juárez, tienen la oportunidad de recibir a miembros de la Organización internacional para las Migraciones, los cuales hablan directamente con ellos acerca de la situación individual y tratan de determinar si tienen o no un caso viable de asilo.
El agente de la patrulla fronteriza en El Paso, Mario Escalante, dijo que los migrantes tienen garantizado el proceso.
“Para nosotros fue poder darle la habilidad a las personas que tuvieran la oportunidad de presentarse ante un juez, pero sin embargo, que también nos dieran la oportunidad de no estar tan saturados con el alojamiento, para que entonces no tuviéramos donde alojar a las personas”, explica Escalante.
Políticas que, según le dijo a la VOA, son el resultado directo del trabajo con los países de donde provienen la mayor parte de los migrantes.
“Nuestro liderazgo en Washington, hizo acuerdos con países centroamericanos para tratar de averiguar qué se requiere o qué necesitamos hacer para que hayan menos personas dejando el país y tratando de introducirse hacia esta zona de la frontera”, agregó el agente.
Para el pastor Juan Fierro, a cargo del Refugio el Buen Samaritano, estas medidas prolongan el proceso, así como dificultan la representación legal.
“Al principio, como que las personas no entendían el proceso, como que se sentían un poco agredidos por la situación”, explica Fierro, quien agrega que la espera es de más de 10 meses, lo que ha llevado a que se integren en las comunidades mexicanas mientras esperan.
“Ellos entendieron que este tiempo de espera tenía que realizar otras actividad y algunos ya se buscaron un trabajo, porque se les dio su permiso para que puedan trabajar aquí en México”, añade.
El Salvadoreño Manuel Adalberto, de 28 años, es uno de los aproximadamente 60 mil migrantes que han sido regresados a México bajo el Protocolo de Protección a Migrantes.
Se encuentra a la espera de proceso de asilo de EE.UU en México; para él ha sido muy difícil la llegada hasta allí para que luego lo rechacen.
Le contó a la VOA que “lo mandan para Juárez, espera la corte a ver si uno gana el asilo o no. A ver qué le dicen, está esperanzado que primeramente Dios lo llegue a ganar uno”.
Sus hijos, aunque quieren que su padre esté cerca, deben esperar porque él les ha dejado claro que “vengo por un sueño mejor". Afirma que, en este momento no puede ayudarles, lo que les ocasiona un gran dolor.
(Colobaración: Karen Sánchez)
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