Treinta días bastaron para que Sergio Garrido se convirtiera de un dirigente regional de mediano renombre dentro de la oposición venezolana a un político de reconocimiento internacional por haber derrotado con contundencia en elecciones al chavismo en su estado cuna.
Garrido, de 54 años, tomó en diciembre la candidatura de la plataforma unitaria que enfrenta al gobierno de Nicolás Maduro en Barinas, donde nació el expresidente Hugo Chávez Frías y en la cual el padre y dos hermanos del fundador de la revolución bolivariana gobernaron por 23 años.
Su perfil era hasta entonces tan mediano en los cuadros políticos de Barinas que, habiendo ganado una diputación regional en las elecciones de noviembre, la oposición eligió hasta dos candidatos antes que él para la votación.
El Tribunal Supremo de Justicia afín a Maduro ordenó repetir la elección del 21 de noviembre en Barinas. Ese día, el candidato de la opositora Mesa de la Unidad Democrática, Freddy Superlano, ganó la gobernación por menos de 200 votos al aspirante a la reelección y hermano de Chávez, Argenis Chávez.
Superlano, inhabilitado por presuntas denuncias de corrupción en la Contraloría General, según el poder judicial, pero todavía no especificadas, no podía aspirar de nuevo al cargo en la nueva elección del 9 de enero de 2022.
La MUD no pudo inscribir como candidatos a su esposa, Aurora de Superlano, y, luego, al exalcalde de Barinas, Julio César Reyes, porque ambos aparecían como inhabilitados en el sistema de postulaciones del poder electoral.
Fue así como Garrido, un hombre formado desde su juventud en el partido socialdemócrata Acción Democrática, asumió la candidatura hasta ganar, el domingo pasado, la gobernación del estado natal de Hugo Chávez.
Su opción obtuvo el 55,34% de los votos de las nuevas elecciones frente a 41,3% del abanderado del Partido Socialista Unido de Venezuela, excanciller y exyerno de Chávez, Jorge Arreaza. Fue una diferencia electoral tan contundente que el candidato chavista, sin esperar los resultados oficiales, reconoció su derrota.
La religión y la familia
Las primeras palabras de Garrido desde su comando de campaña dieron cuenta del tipo de político y hombre que es, según quienes le conocen: un dirigente cercano a su familia, entre ellos su madre y esposa, a quienes agradeció.
Su invitación al electorado a una misa el día siguiente en la catedral de la capital de Barinas también dio pistas de su marcada condición religiosa.
“Mi familia son ustedes (…) Este triunfo no es de Sergio, es de Barinas, es de Dios. Este triunfo va a abrir la ventana en un futuro muy cercano a la libertad de toda Venezuela”, expresó ante decenas de seguidores y dirigentes aliados.
Superlano, ya en Caracas, explicó esta semana a la Voz de América que Garrido es “un dirigente de vieja data” con arraigo en Barinas. “Es un hombre que se ha mantenido siempre en una misma línea, de convicciones fuertes”, dijo.
El chavismo lo identificó como parte de la vieja política, presuntamente violenta, que promueve sanciones económicas contra el gobierno de Maduro. “Mucho cuidado, señor Garrido (…) ni un paso en falso”, le advirtió Arreaza en una conferencia de prensa donde reiteró el reconocimiento de su derrota.
Garrido nació el 2 de noviembre de 1967 en Barinas, la segunda ciudad más poblada de la región andina de Venezuela. En la década de los 80, comenzó desde temprana edad a militar en Acción Democrática, uno de los dos partidos de mayor tradición política en el país suramericano antes del chavismo.
Hoy funge como su secretario seccional tras haber acumulado una carrera como dirigente juvenil y diversas responsabilidades políticas dentro de su partido. Fue concejal en su ciudad natal entre 2013 y 2017. Presidió por un año esa cámara.
El hoy gobernador de Barinas también coordinó en su región el Frente Amplio, una plataforma opositora de la sociedad civil, sindicatos, religiosos y políticos fundada en 2018 con la consigna de protestar activa y pacíficamente para lograr un cambio político y la atención de la emergencia humanitaria del país.
Los analistas advirtieron a la Voz de América antes de la elección en Barinas que Garrido era el único candidato con un auténtico liderazgo en la región, toda vez que Arreaza, nacido en Caracas, y Claudio Fermín, un excandidato presidencial nacido en Barinas más radicado en la capital venezolana, no tenían arraigo local.
En campaña, se le vio alegre en videos de redes sociales, cantando coplas llaneras en sus encuentros con las comunidades. Superlano, ganador en noviembre, estuvo a su lado en todo momento de su promoción política.
La reunión con Maduro
Sergio Garrido se reunió la noche del jueves pasado durante 40 minutos con el presidente Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores, en Caracas, solo horas después de juramentarse como gobernador de Barinas.
El canal estatal Venezolana de Televisión mostró breves imágenes del encuentro, donde también participaron Cilia Flores, primera dama nacional; Jorge Rodríguez, presidente del Parlamento electo en diciembre de 2020; Freddy Ñáñez, ministro de Comunicación, y uno de los dirigentes opositores que no pudo inscribir su candidatura en Barinas, Julio César Reyes.
Garrido se convirtió así en el último de los cuatro gobernadores opositores elegidos entre noviembre de 2021 y enero de 2022 en reunirse con Maduro. El año pasado, habían hecho lo propio los mandatarios de Zulia, Manuel Rosales; de Cojedes, Alberto Galíndez, y de Nueva Esparta, Morel Rodríguez.
Si bien no trascendieron detalles de la reunión, Maduro escribió en Twitter que le transmitió a Garrido su “voluntad y compromiso de trabajar juntos” para lograr soluciones a los problemas sociales de Barinas. “Venezuela nos necesita unidos”, escribió el mandatario, denunciado como usurpador de la presidencia por la plataforma unitaria opositora que el gobernador barinés integra.
Garrido, horas antes de esa reunión, dijo que contestaría primero una llamada telefónica a Maduro que a Juan Guaidó, líder opositor reconocido como presidente encargado de Venezuela por al menos 50 gobiernos del mundo.
“Hay que pisar tierra. La realidad me dice que Nicolás Maduro es el presidente que está en ejercicio. No lo puedo desconocer. Esa una realidad”, expresó el gobernador durante una entrevista con el periodista Vladimir Villegas.
En declaraciones posteriores, poco antes de su reunión con Maduro, Garrido reivindicó su interés en “el beneficio y prosperidad” de su estado. “Todos tenemos que entenderlo y trabajar en función de buscar las soluciones para los problemas que nos aquejan a todos”, explicó sobre su encuentro en Miraflores.
Maduro mantiene el control político y territorial del país, mientras Guaidó acaba de ser ratificado por los diputados del Parlamento nacional de 2015 como presidente encargado de Venezuela hasta enero de 2023 o hasta que haya una elección justa y transparente para renovar la primera magistratura del país.
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