El departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) presentó su informe anual sobre los progresos en 2017 y los retos para 2018 en sus esfuerzos por hacer cumplir las leyes migratorias bajo el gobierno del presidente Donald Trump.
En el año fiscal 2017, la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) reportó 310.531 aprehensiones a nivel nacional, de las cuales 303.916 se produjeron en la frontera suroeste lo que “subraya la necesidad de una barrera física en la frontera”, se lee en el reporte.
La patrulla fronteriza efectuó los 310.531 arrestos durante el año fiscal que finalizó el 30 de septiembre, 25 por ciento menos que el año anterior y la cifra más baja desde 1971. A pesar de la caída significativa, los arrestos aumentaron mes a mes a partir de mayo, principalmente de familias y niños no acompañados.
Adicionalmente, la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) conjuntamente con la oficina de Operaciones de Remoción (ERO) realizaron 143.470 arrestos arrestos –en zonas distantes de las fronteras-, 25 por ciento más, en comparación con el año anterior que se alcanzó la cifra de 114.434, así como 226.119 deportaciones.
“Hemos visto claramente los resultados exitosos del compromiso del presidente de apoyar a los oficiales y agentes (de Seguridad Nacional) en la primera línea del frente donde aplican la ley y aseguran nuestras fronteras”, dijo la secretaria interina Elaine Duke del departamento de Seguridad Nacional.
“Tenemos la obligación de mantener la integridad de nuestro sistema de inmigración, pero debemos hacer más para intensificar y cerrar las brechas para proteger al trabajador estadounidense, nuestra economía y nuestras comunidades", indicó Duke.
En el informe anual también destacan el “aumento significativo” del contrabando de opioides y otros narcóticos fuertes, que incluyen la heroína y la cocaína, los cuales generalmente se incrementan cuando los cruces fronterizos ilegales aumentan.
Las autoridades también ratificaron su compromiso en la lucha contra las pandillas como la MS-13 y la importancia de “evitar que reconstruyan lo que hemos empezado a desmantelar”.
Finalmente, indicaron su compromiso para encontrar una solución a las “peligrosas” políticas de las ciudades santuario y los políticos que “innecesariamente ponen en riesgo la vida de inocentes para proteger criminales que están ilegalmente en EE.UU.”.
"Las prioridades de inmigración previamente anunciadas por el gobierno de Trump abordarían estos desafíos mejorando la seguridad fronteriza, implementando un sistema de inmigración basado en el mérito y cerrando los vacíos legales que fomentan la inmigración ilegal", señala el reporte anual del DHS.