Un juez ruso respaldó el martes la detención del reportero estadounidense Evan Gershkovich, que fue arrestado por cargos de espionaje dentro de una campaña del Kremlin contra la disidencia durante la guerra en Ucrania. Tanto el periodista como el gobierno de Estados Unidos han rechazado con rotundidad las acusaciones.
El periodista del Wall Street Journal es el primer corresponsal estadounidense detenido en Rusia por supuesto espionaje desde la Guerra Fría y su arresto conmocionó a los periodistas en el país, además de causar indignación en Occidente.
Decenas de periodistas llenaron la corte para ver a Gershkovich, que parecía tranquilo, de pie en una celda de cristal para apelar su detención.
El Servicio Federal de Seguridad ruso, o FSB, detuvo en marzo al reportero, de 31 años, y le acusó de intentar obtener información clasificada sobre una fábrica de armas rusa.
También lea Embajadora de EEUU visita a periodista detenido en cárcel rusaGershkovich, el medio en el que trabaja y el gobierno de Estados Unidos han negado que participara en espionaje y reclamado su liberación.
“Evan es un miembro de la prensa libre que hasta el momento de ser detenido estaba dedicado al periodismo. Cualquier sugerencia de otra cosa es falsa”, afirmó el Journal en un comunicado.
El gobierno estadounidense le declaró la semana pasada como “detenido erróneamente”.
El reportero se expone a una pena de hasta 20 años de prisión si es condenado. Abogados rusos han señalado que investigaciones anteriores de espionaje tomaron entre un año y 18 meses, un tiempo en el que el reo tendría poco contacto con el mundo exterior.
Está detenido en la prisión moscovita de Lefortovo, que se remonta a la era zarista y ha sido un aterrador símbolo de la represión desde la era soviética.
Su arresto se produjo en un momento de agrias tensiones entre Occidente y Moscú sobre su invasión de Ucrania, y mientras el Kremlin intensifica la represión contra activistas, periodistas independientes y grupos de la sociedad civil.
La amplia campaña de represión no tiene precedentes desde la era soviética. Los activistas dicen que a menudo supone la criminalización del periodismo, así como las actividades de rusos de a pie que se oponen a la guerra.
Una corte rusa condenó el mes pasado a un padre por publicaciones en medios sociales críticas con la guerra y le sentenció a dos años de prisión. El destacado opositor Vladimir Kara-Murza Jr. fue condenado el lunes por traición por criticar abiertamente la guerra, y recibió una pena de 25 años de prisión.
Estados Unidos ha presionado a Moscú para que permita el acceso consular a Gershkovich. La embajadora estadounidense, Lynne Tracy, dijo el lunes que había visitado al periodista en prisión por primera vez desde su detención. “Está con buena salud y sigue fuerte”, tuiteó Tracy, que reiteró la petición estadounidense de que fuera liberado de inmediato.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habló la semana pasada con los padres de Gershkovich y condenó de nuevo su detención.
“Estamos dejando muy claro que es totalmente ilegal lo que está ocurriendo, y así lo declaramos”, dijo.
Un importante diplomático ruso dijo la semana pasada que Rusia podría estar dispuesta a hablar de un posible canje de prisioneros que implicara a Gershkovich después de su juicio. Eso implica que es improbable que haya un intercambio próximamente.
La jugadora estadounidense de baloncesto Brittney Griner fue intercambiada en diciembre por el traficante de armas ruso Viktor Bout tras ser juzgada y condenada por cargos de posesión de drogas. Había sido condenada a nueve años de prisión y finalmente pasó 10 meses entre rejas.
Otro estadounidense, el ejecutivo de seguridad Michigan Paul Whelan, lleva encarcelado en Rusia desde diciembre de 2018 por cargos de espionaje, que su familia y el gobierno estadounidense han tachado de infundados.
[Con información de The Associated Press]
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