El debate de los aspirantes a la nominación presidencial del Partido Republicano se centró en la figura de los dos principales contendientes y una amplia gama de temas que fueron desde la seguridad social, pasando por la economía y la salud pública, hasta la inmigración.
El debate osciló también entre los llamados a la unidad partidaria para derrotar al presidente demócrata, Barack Obama, en las próximas elecciones, hasta ataques directos y cuestionamientos de los antecedentes, en particular entre los dos principales contendientes: el actual líder de las encuestas, el gobernador de Texas, Rick Perry, y el ex gobernador Massachusetts, Mitt Romney.
Los ocho candidatos que participaron del debate en la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan, en Simi Valley, California, al cual asistió la ex primera dama, Nancy Reagan, y que contó con el auspicio de NBC Television y la página de internet Politico, buscaron destacar sus puntos de vista.
Sin embargo, la estrategia de, al menos tres candidatos: Romney, el ex gobernador de Utah, Jon Huntsman, y el congresista por Texas, Ron Paul, fue desacreditar a Perry, especialmente en lo que a creación de empleos se refiere.
En un punto del debate Perry reconoció sentirse como “la piñata de la fiesta”.
Los otros participantes del debate fueron el empresario Herman Caine y el ex senador Rick Santorum.
Creadores de empleo
Uno de los intercambios entre Romney y Perry fue precisamente sobre la creación de empleo. "Michael Dukakis creó puestos de trabajo tres veces más rápido de lo que usted lo hizo, Mitt", dijo Perry en refencia a Romney.
La respuesta de ex gobernador de Massachusetts no se hizo esperar, “de hecho, George W. Bush y sus predecesores crearon empleos a un ritmo más rápido de lo que usted lo hizo", señaló.
En medio del cruce de acusaciones, Jon Hunstman, no quiso perder su oportunidad y agregó "detesto aguarle la fiesta al gobernador del gran estado de la estrella solitaria” en referencia a Perry, “pero como gobernador de Utah, fuimos el número uno en creación de empleos durante mis años de servicio", afirmó, y criticó a Romney por haber dejado a su estado en el lugar 47 entre 50 estados en la creación de empleo, eso “no es hacerlo bien, amigo mío", afirmó.
La participación de la única mujer entre los candidatos, la representante por Minnesota, Michele Bachmann, no tuvo la misma incidencia que en encuentros anteriores, prefirió no atacar a Perry, que le ha retirado mucho apoyo, y tuvo, en general, una participación menor.
Tres debates más
El debate realizado en California fue el primero de tres que se realizarán en las próximas semanas, donde los candidatos esperan mantener un sostenido ataque sobre el presidente Obama, tal como lo hicieron en este primer debate.
Romney criticó al mandatario diciendo que “tenemos una crisis de confianza, en parte, debido a la falta de liderazgo”. El gobernador Perry reclamó “dejar que Estados Unidos vuelva funcionar y hacer lo que sea necesario para que eso ocurra”, en referencia a sus reclamos para una menor participación del gobierno en las decisiones. También la congresista Bachman alertó que “si fallamos en derogar la reforma de salud de Obama en 2012, nuestra slaud pública quedará socializada para siempre".
Por su parte, el ex presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, reclamó la unidad de los candidatos en lo que definió como un camino para “repudiar los esfuerzos de los medios de prensa para proteger a Barack Obama, haciendo que los republicanos se enfrenten” y recordó que “todos estamos dispuestos a derrotar a Barack Obama".
La disposición de los candidatos en el debate es otro de los elementos que los analistas observan.
Perry y Romney estaban uno al lado del otro en el centro del escenario del debate en California. Esa posición permitió que los dos candidatos se llevara la mayor atención del público y la audiencia.