El papa Francisco presidió en el Vaticano la Misa del Domingo de Ramos al tiempo que confirmó que en julio viajará a Brasil.
Ante una multitud que llenó los alrededores de la Basílica de San Pedro, el papa Francisco abrió las ceremonias religiosas de la Semana Mayor para los católicos.
“No seáis nunca hombres o mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo. Nunca os dejéis vencer por el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; de saber que, con él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles”, exclamó el Sumo Pontífice.
Llamó a “no tener miedo al sacrificio. Pensad en una mamá o un papá: ¡cuántos sacrificios! Pero, ¿por qué lo hacen? Por amor. Y ¿cómo los afrontan? Con alegría, porque son por las personas que aman. La cruz de Cristo, abrazada con amor, no conduce a la tristeza, sino a la alegría”.
El papa habló a los jóvenes, al referirse a la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Rio de Janeiro (Brasil) del 23 al 28 de julio, y cuyo lema es "Id y haced discípulos a todos los pueblos".
“Queridos amigos, también yo me pongo en camino con vosotros... Ahora estamos ya cerca de la próxima etapa de esta gran peregrinación de la cruz de Cristo. Aguardo con alegría el próximo mes de julio, en Río de Janeiro. Os doy cita en aquella gran ciudad de Brasil", exclamó el papa.
El papa presidió la Misa de Ramos y recorrió con la palma bendita la explanada de San Pedro en medio de la multitud.
Habló a los jóvenes de la muerte y resurrección de Cristo y el amor por la cruz: "más aún, la abrazáis porque habéis comprendido que la verdadera alegría está en el don de sí mismo y que Dios ha triunfado sobre el mal precisamente con el amor".
Agregó: "La lleváis para decir a todos que, en la cruz, Jesús ha derribado el muro de la enemistad, que separa a los hombres y a los pueblos, y ha traído la reconciliación y la paz".
“No seáis nunca hombres o mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo. Nunca os dejéis vencer por el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; de saber que, con él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles”, exclamó el Sumo Pontífice.
Llamó a “no tener miedo al sacrificio. Pensad en una mamá o un papá: ¡cuántos sacrificios! Pero, ¿por qué lo hacen? Por amor. Y ¿cómo los afrontan? Con alegría, porque son por las personas que aman. La cruz de Cristo, abrazada con amor, no conduce a la tristeza, sino a la alegría”.
El papa habló a los jóvenes, al referirse a la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Rio de Janeiro (Brasil) del 23 al 28 de julio, y cuyo lema es "Id y haced discípulos a todos los pueblos".
“Queridos amigos, también yo me pongo en camino con vosotros... Ahora estamos ya cerca de la próxima etapa de esta gran peregrinación de la cruz de Cristo. Aguardo con alegría el próximo mes de julio, en Río de Janeiro. Os doy cita en aquella gran ciudad de Brasil", exclamó el papa.
El papa presidió la Misa de Ramos y recorrió con la palma bendita la explanada de San Pedro en medio de la multitud.
Habló a los jóvenes de la muerte y resurrección de Cristo y el amor por la cruz: "más aún, la abrazáis porque habéis comprendido que la verdadera alegría está en el don de sí mismo y que Dios ha triunfado sobre el mal precisamente con el amor".
Agregó: "La lleváis para decir a todos que, en la cruz, Jesús ha derribado el muro de la enemistad, que separa a los hombres y a los pueblos, y ha traído la reconciliación y la paz".