Segunda semana de cierre gubernamental

Un rótulo en la alameda nacional advierte que todos los parques nacionales en Estados Unidos están cerrados por la parálisis gubernamental.

El desacuerdo amenaza ahora con profundizar la crisis política en Washington antes del plazo del 17 de octubre para aumentar el límite de la deuda.
Mientras el cierre parcial del gobierno de Estados Unidos entra en su segunda semana, los partidos políticos en el Congreso parecen estar endureciendo sus posiciones sobre el gasto federal.

El desacuerdo amenaza ahora con profundizar la crisis política en Washington antes del plazo del 17 de octubre para aumentar el límite de la deuda.

Estados Unidos tiene que aumentar la cantidad que puede pedir prestado después que sobrepase el límite de 16,7 billones de dólares, otro tema en el que demócratas y republicanos están en desacuerdo.

Si el límite de la deuda no es aumentado para el 17 de octubre, el país podría entrar en cesación de pago por primera vez en su historia.

Líderes políticos y economistas han advertido de serias consecuencias para Estados Unidos y para el mundo si eso ocurriera.

Sin embargo, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, dijo el domingo que la posibilidad de un cese de pago de la deuda no ha suavizado la posición republicana.

“No quiero que Estados Unidos deje de pagar su deuda", dijo el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, "pero no voy a aumentar el límite de la deuda sin una seria conversación sobre cómo tratar problemas que están aumentando la deuda”, agregó, acusando al presidente Barack Obama de rehusarse a discutir las propuestas republicanas sobre cómo reducir el gasto.

El presidente Obama, entre tanto, ha acusado a un pequeño número de los legisladores conservadores de crear una crisis por bloquear una votación sobre el presupuesto en la Cámara de Representantes que según dijo pondría fin al cierre del gobierno.

El mandatario reiteró esa afirmación en una entrevista con la agencia de noticias The Associated Press y agregó que el Congreso no puede rehusarse a pagar el dinero que ya ha gastado.

“No negociaré sobre la responsabilidad del Congreso de pagar las cuentas en las que ha incurrido. No voy a permitir que nadie arrastre el buen nombre de Estados Unidos por el barro solo para volver a disputar una elección ya realizada o extraer demandas ideológicas”, dijo Obama.

Las batallas por el presupuesto se han vuelto comunes entre los republicanos que controlan la Cámara de Representantes y los demócratas que tienen la mayoría en el Senado.

Desde 2010 cuando los demócratas perdieron la mayoría en la Cámara, ambos partidos no han llegado a acuerdo sobre el presupuesto anual, pero han estado aprobando medidas temporales.