Unas 20.000 personas han huido del intenso ataque de artillería sirio en Alepo, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto una reunión de emergencia este miércoles para tratar de parar la masacre.
“El régimen y sus seguidores han decido acelerar su barbárica estrategia militar en contra de su propio pueblo y retomar el este de Alepo, sin importar los costos en término de vidas humanas”, dijo el embajador de Francia ante la ONU, Francois Delattre.
El martes, un bombardeo sobre una zona de alojamiento para personas desplazadas en la zona rebelde en el este de Aleppo, dejó al menos a 21 civiles, según activistas. Otros ocho civiles murieron por proyectiles lanzados contra la zona occidental de la ciudad, controlada por el gobierno, dijeron medios estatales.
Fue el segundo día de ataques en el barrio oriental de Jub al-Quba, indicó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña y que mantiene una red de contactos en el país desgarrado por la guerra.
Un ataque aéreo dejó 25 muertos el martes. Miles de habitantes del este de Aleppo se han trasladado a Jub al-Quba y otros barrios en los últimos días, huyendo de la ofensiva del gobierno sobre la zona de la ciudad bajo control rebelde.
El gobierno ha tomado buena parte de la mitad norte del enclave en un rápido avance iniciado el sábado.
“La única manera en que se puede salvar Alepo y que termine el conflicto en Siria es si el régimen y sus apoyos —con lo que me refiero a Rusia e Irán— cambian su política”, dijo el embajador británico, Matthew Rycroft.
Francia y Gran Bretaña fueron quienes convocaron a la reunión del Consejo, tildada de “campaña de propaganda” por el embajador ruso en la ONU, Vitaly Churkin.