Celebración chilena en Washington

Con una mano en el corazón y la otra izando la bandera, algunos chilenos no pudieron contener las lágrimas al cantar el himno nacional.

“Con orgullo sé que un par de lágrimas me corrieron por las mejillas”, recordaba Héctor Hugo Ramírez unas horas antes de que el primer minero fuera rescatado.

Los gritos de emoción y alegría por tanto tiempo contenidos sustituyeron a esas lágrimas al ver la cápsula que transportaba a Florencio Ávalos aflorar a la superficie tras más de dos meses de cautiverio.

Decenas de personas se congregaron ayer a las puertas de la Embajada de Chile en Washington, para vivir en compañía los momentos cruciales que iba a atravesar el país completo.

“Viva Chile, viva los mineros chilenos”, gritó el embajador de Chile en Estados Unidos, Arturo Fernandois, quien saltó al podio para cantar el himno nacional acompañado por su familia.

Quince minutos de tensión, que sucedieron a horas de preocupación, culminaron por fin con dos meses de esperanza y solidaridad del pueblo chileno. “Cuando Chile ha estado en aprietos, todo Chile se une, y somos todos uno. Y eso es lo bueno de nosotros. En este momento somos todos iguales”, dijo a voanoticias.com Isabel, que aunque lleva más de 33 años en Washington, hoy no podía sentirse más chilena.

Mientras tanto, las imágenes mostraban cómo la familia de Florencio Ávalos le recibía a su llegada. Pero para ese entonces, en la embajada en Washington, ya nadie estaba en sus asientos.

Con una mano en el corazón y la otra izando la bandera, algunos no pudieron contener las lágrimas al cantar el himno nacional de Chile. Pero tras los momentos más dramáticos, llegaron las danzas, los saltos y el champagne que inundaron todo con las personas abrazándose, sonriendo y, sobre todo, felicitándose como nación.

El grupo Las brisas de Chile ofreció unos bailes tradicionales acompañados de empanadas chilenas y el agradecimiento de Fernandois al apoyo internacional que se ha demostrado hacia su país, y “a todos aquellos que hicieron posible” el rescate.

El subsecretario de Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, Arturo Valenzuela, también de origen chileno, así como otros embajadores latinoamericanos y representantes de la NASA y el sector minero estadounidense también acompañaron a Chile.

33 personas sepultadas a casi un kilómetro bajo tierra fueron capaces de unir no sólo a su país, sino a toda la comunidad internacional.

Héctor Hugo Ramírez lo explica así: “Se puede decir en una sola palabra: solidaridad. Cuando existe la solidaridad, nosotros nos unimos. Dejamos de un lado la política, las diferencias sociales, las diferencias de religión y nos unimos en una persona, en una nación, un sólo ente, para un gol común”.

“Nosotros somos un país que día a día sufre la adversidad de la naturaleza desde terremotos, volcanes, inundaciones..., tenemos un país tan largo que siempre nos vemos envueltos en algún tipo de tragedia, por lo tanto hemos aprendido de la solidaridad y de la ayuda de cada uno de nosotros, que es la forma de sacar adelante a nuestra gente y a nuestro país”, comentó Miriam.