Aviones y personal militar de Estados Unidos comenzaron a entregar ayuda a las zonas afectadas más remotas de Nepal, nueve días después del sismo que ha dejado al menos 7.200 muertos.
El contingente militar estadounidense que llegó a Nepal el domingo, con un día de retraso, está compuesto de ocho aviones, entre ellos un helicóptero Huey y dos C-130, además de entre 100 y 120 efectivos, informó la portavoz de los Marines, capitán Cassandra Gesecki.
Se esperaba que el Huey salga en misión de evaluación este lunes, y dará luces a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) para desplegar a las otras aeronaves.
Paul Kennedy, Brigadier General del cuerpo de Marines de Estados Unidos, advirtió sobre los cuellos de botella en el aeropuerto de Katmandú, pero se mostró optimista en lograr llevar la ayuda a los más necesitados.
“Va a haber diferencia de inmediato. Tenemos equipos de búsqueda y rescate esperando ir a las áreas más remotas. Tenemos provisiones, especialmente para hacer refugios. Así que para la gente que ha sido afectada por este terremoto, habrá un impacto inmediato en sus vidas”,dijo el Gen. Kennedy.
Mientras tanto, en Katmandú hay algunas señales de que la vida ha vuelto a la normalidad, con los vendedores haciendo negocios y los residentes empacando sus tiendas y regresando a sus casas. Pero el abrumador olor a muerte es la principal razón por la que muchos de los habitantes de la ciudad han retrasado su regreso.
El gobierno de Nepal está dando $1.000 dólares a las familias de los muertos más $400 de gastos funerales.
Naciones Unidas estima que más de 8 millones de personas han sido afectadas por los terremotos y que 2 millones han sido desplazados.