Es la primera vez en la historia del catolicismo que dos Sumos Pontífices son canonizados el mismo día, Juan XXIII y Juan Pablo II, en presencia además de otros dos papas.
Cientos de miles de peregrinos se dan cita este domingo en la Plaza de San Pedro en el Vaticano para ser testigos de un hecho histórico dentro de la iglesia católica: la canonización el mismo día de dos papas, Juan XXIII y Juan Pablo II.
Es la primera vez en la historia del catolicismo que ocurre un hecho semejante, con la particularidad de que además de ser elevados a la condición de santos dos sumos pontífices, otros dos, el para Francisco y su predecesor, Benedicto XVI, coincidirán en la ceremonia.
El primer papa en aprobar un decreto de canonización fue Juan XV, cuando el 993 consagró como santo de la iglesia católica a San Ulrico, obispo de Augsburgo. El último papa en ser declarado santo fue Pío X, en 1954.
Aproximadamente tres de cada 10 papas han sido elevados a la dignidad de santos, la mayoría de cuales ejercieron el pontificado durante los primeros siglos del catolicismo.
La beatificación de Juan Pablo II, conocido como el papa viajero, ha causado estupor entre algunos tradicionalistas en la iglesia por su rápida ascensión a santo, nueve años después de su muerte, un procedimiento que algunas veces demora siglos.
El caso de Juan XXIII tampoco ha dejado de llamar la atención de los entendidos, porque el papa Francisco ha pasado por alto el requerimiento de que le sea reconocido un milagro para ser proclamado beato y luego otro para su canonización.
Se acepta que Juan XXIII sanó en 1966 de una hemorragia gastrointestinal a una monja que fue a orarle por su curación, mientras que a Juan Pablo II se le atribuyen dos milagros: la cura de parkinson a una monja francesa y de un aneurisma a la costarricense Floribeth Mora.
De cierta manera, el papa Francisco da continuidad al legado de su antecesor Juan Pablo II, quien en 1983 modificó las reglas para la proclamación de santos y terminó canonizando a 482, más que en los seis siglos que precedieron a su pontificado.
Expertos en asuntos del Vaticano ponen de relieve que con la doble canonización el Sumo Pontífice busca transformar la connotación que se da a los santos, destacándolos más por su estatura como modelos dignos de imitar que por su naturaleza mística.
También se ha dicho que con la decisión, el papa Francisco procura además unificar más a la iglesia, puesto que canoniza a la par a un papa considerado liberal (Juan XXIII) junto a otro tenido como conservador (Juan Pablo II), quienes—cada cual a su manera—dejaron profundas huellas en la iglesi
Es la primera vez en la historia del catolicismo que ocurre un hecho semejante, con la particularidad de que además de ser elevados a la condición de santos dos sumos pontífices, otros dos, el para Francisco y su predecesor, Benedicto XVI, coincidirán en la ceremonia.
El primer papa en aprobar un decreto de canonización fue Juan XV, cuando el 993 consagró como santo de la iglesia católica a San Ulrico, obispo de Augsburgo. El último papa en ser declarado santo fue Pío X, en 1954.
Aproximadamente tres de cada 10 papas han sido elevados a la dignidad de santos, la mayoría de cuales ejercieron el pontificado durante los primeros siglos del catolicismo.
La beatificación de Juan Pablo II, conocido como el papa viajero, ha causado estupor entre algunos tradicionalistas en la iglesia por su rápida ascensión a santo, nueve años después de su muerte, un procedimiento que algunas veces demora siglos.
El caso de Juan XXIII tampoco ha dejado de llamar la atención de los entendidos, porque el papa Francisco ha pasado por alto el requerimiento de que le sea reconocido un milagro para ser proclamado beato y luego otro para su canonización.
Se acepta que Juan XXIII sanó en 1966 de una hemorragia gastrointestinal a una monja que fue a orarle por su curación, mientras que a Juan Pablo II se le atribuyen dos milagros: la cura de parkinson a una monja francesa y de un aneurisma a la costarricense Floribeth Mora.
De cierta manera, el papa Francisco da continuidad al legado de su antecesor Juan Pablo II, quien en 1983 modificó las reglas para la proclamación de santos y terminó canonizando a 482, más que en los seis siglos que precedieron a su pontificado.
Expertos en asuntos del Vaticano ponen de relieve que con la doble canonización el Sumo Pontífice busca transformar la connotación que se da a los santos, destacándolos más por su estatura como modelos dignos de imitar que por su naturaleza mística.
También se ha dicho que con la decisión, el papa Francisco procura además unificar más a la iglesia, puesto que canoniza a la par a un papa considerado liberal (Juan XXIII) junto a otro tenido como conservador (Juan Pablo II), quienes—cada cual a su manera—dejaron profundas huellas en la iglesi