Los rituales de Semana Santa presididos por el primer Papa latinoamericano que concluyen este domingo con la Pascua de Resurrección suscitaron gran expectación en el Vaticano.
Más de mil millones de católicos celebran este domingo la Pascua de Resurrección de Jesucristo con los ojos puestos en el Vaticano, donde el recién electo Papa Francisco dio aires de cambio a los rituales de la iglesia este año por Semana Santa.
La señal de los cambios que se anticipan con el nuevo Pontífice fue esbozada en sus propias palabras cuando dijo que “la Iglesia debe salir de sí misma e ir a la periferia, no solo geográfica, sino existencial”.
El primer ejemplo de los tiempos que se avecinan para los católicos lo ofreció el Santo Padre el Jueves Santo cuando visitó una cárcel de menores donde ofició la liturgia del lavado de pies a doce jóvenes prisioneros, entre ellos dos musulmanes.
El Viernes Santo, el Papa presidió en la Basílica de San Pedro la Pasión de Cristo, la primera de su pontificado, a la que dio inicio orando varios minutos tendido sobre el suelo e invocando la paz en el Oriente Medio y un mayor entendimiento entre cristianos y musulmanes.
La víspera Francisco celebró en el Vaticano la vigilia pascual, considerada una de las ceremonias más hermosas de Semana Santa, calificada por el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, como la “liturgia de la luz”.
Como primer jesuita electo para ocupar el trono de Pedro, el nuevo Pontífice ha simplificado y reducido el tiempo de muchas de las liturgias tradicionales de Semana Santa, que como es usual han dado cita en Roma a multitud de creyentes y turistas.
Este domingo, el Papa argentino celebra la misa de Pascua ante decenas de miles de peregrinos y da la bendición "Urbi et Orbi", que significa "A la ciudad (de Roma) y al mundo", desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
La señal de los cambios que se anticipan con el nuevo Pontífice fue esbozada en sus propias palabras cuando dijo que “la Iglesia debe salir de sí misma e ir a la periferia, no solo geográfica, sino existencial”.
El primer ejemplo de los tiempos que se avecinan para los católicos lo ofreció el Santo Padre el Jueves Santo cuando visitó una cárcel de menores donde ofició la liturgia del lavado de pies a doce jóvenes prisioneros, entre ellos dos musulmanes.
El Viernes Santo, el Papa presidió en la Basílica de San Pedro la Pasión de Cristo, la primera de su pontificado, a la que dio inicio orando varios minutos tendido sobre el suelo e invocando la paz en el Oriente Medio y un mayor entendimiento entre cristianos y musulmanes.
La víspera Francisco celebró en el Vaticano la vigilia pascual, considerada una de las ceremonias más hermosas de Semana Santa, calificada por el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, como la “liturgia de la luz”.
Como primer jesuita electo para ocupar el trono de Pedro, el nuevo Pontífice ha simplificado y reducido el tiempo de muchas de las liturgias tradicionales de Semana Santa, que como es usual han dado cita en Roma a multitud de creyentes y turistas.
Este domingo, el Papa argentino celebra la misa de Pascua ante decenas de miles de peregrinos y da la bendición "Urbi et Orbi", que significa "A la ciudad (de Roma) y al mundo", desde el balcón de la Basílica de San Pedro.