El gobierno interino que lidera Juan Guaidó en Venezuela tiene una hoja de ruta clara: cese de la "usurpación", gobierno de transición y elecciones libres; y cuenta con el respaldo de muchos venezolanos, de EE.UU. y de buena parte de América Latina y Europa.
La pauta quedó establecida el pasado 5 de febrero, cuando la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, aprobó el Estatuto que rige la Transición a la Democracia para Restablecer la Vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, un documento que estipula los pasos hasta la realización de una eventual elección presidencial.
La acción parte del presupuesto de que las elecciones de mayo del 2018 y la juramentación el pasado 10 de enero de un segundo mandato del presidente en disputa Nicolás Maduro rompieron el orden constitucional en el país.
Los opositores alegan entre otras razones que en aquellas elecciones no se les permitió competir a todos los partidos y candidatos opositores fuertes fueron inhabilitados. También argumentan que no hubo garantías, ni observación ni mecanismos para que votaran los venezolanos en el exterior.
Consultado por la Voz de América acerca de si el plan de la oposición que incluye la realización de elecciones constituye un cambio en la Constitución venezolana, el abogado constitucionalista Juan Manuel Raffalli contestó: "Absolutamente no".
"Lo que está ocurriendo es que en ejecución del artículo 333 de la Constitución, se dicta este estatuto orgánico que regula la transición con respecto a la Constitución y a sus valores superiores, pero en ningún caso se está alterando la Constitución, todo lo contrario, se está restituyendo el orden constitucional", explicó.
Según lo previsto, "una vez cesada la usurpación" de la presidencia en disputa que encabeza Maduro, la Asamblea Nacional "velará por la continuación de la aplicación del artículo 233 de la Constitución", en virtud del cual se conformaría el gobierno de transición y 30 días después se convocarían "elecciones presidenciales libres y competitivas".
La también abogada venezolana Cecilia Sosa Gómez, explicó a la Voz de América que tanto el artículo 25 como el 26 del citado Estatuto "lo que prentenden más bien en acercarse lo más posible al texto de la Constitución".
El artículo 25, -expresó-, otorga al presidente de la Asamblea en ejercicio el mandato de encargado del gobierno para conducir el proceso que lleve a la formación de un gobierno de unidad nacional y la posterior realización de elecciones presidenciales libres en un plazo de 30 días.
En referencia al artículo 26, Sosa Gómez explicó que "en caso de que haya una imposibilidad técnica para que se puedan convocar esa elección en los términos que sea libre, competitiva, que se depure el registro electoral (...) en caso de que sea imposible convocar y realizarlas, lo que el Estatuto prevé es que la Asamblea Nacional ratifique al presidente encargado como presidente provisional para que conforme el gobierno de unidad nacional para transición democrática y en ese sentido convoque a elecciones libres (...) que deberán realizarse en el menor tiempo posible que no puede exceder los 12 meses".
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Del otro lado del ring
Hasta ahora no es claro cuándo o si ocurrirá lo que la oposición identifica como "el cese de la usurpación". Afincados en sus posiciones están del otro lado, el presidente en disputa Nicolás Maduro y sus seguidores, quienes defienden las elecciones celebradas en mayo de 2018 pese a que fueron consideradas fraudulentas por actores políticos dentro y fuera de Venezuela.
Maduro dijo a Rusia Today recientemente que en Venezuela "las únicas elecciones que están pendientes son las del parlamento" pautadas para el 2020. "Yo he propuesto que se convoquen elecciones adelantadas del Parlamento por parte de la Asamblea Nacional Constituyente y eso está en debate en el país", ha dicho Maduro.
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Sosa Gómez comentó no obstante que "algo pasa desde el momento en que el régimen tolera y no toca el proceso de transición (...) De alguna forma hay una especie de tolerancia y eso es reconocer que hay una fuerza de este lado", dijo en referencia al apoyo que está recibiendo Guaidó en el país.
Complejo escenario político
Su declaración no hace más que evidenciar lo complejo que es el escenario político venezolano actual, donde conviven dos congresos luego de que la oposición ganara la mayoría de los curules de la Asamblea Nacional en 2015, para un período de cinco años.
"Yo creo que estamos cada vez más cerca, obviamente (una nueva elección) pasa por el cese de la usurpación, pasa por estabilizar el país, pasa por generar gobernabilidad, pasa por tener instituciones como el CNE, transparentes, que es el gobierno de transición, pero más que nunca estamos cercanos no solamente a una elección sino al cambio en Venezuela y que tengamos una democracia para siempre", dijo Guaidó a la Voz de América el pasado viernes 8 de febrero.
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Así que dos posiciones diametralmente opuestas están sobre la mesa: nuevas elecciones presidenciales tras la eventual salida de Maduro del cargo, o la convocatoria para celebrar elecciones parlamentarias adelantadas que pide el presidente en disputa.
"¿Quieren elecciones? ¿Quieren adelanto de elecciones? Vamos a elecciones parlamentarias", dijo Maduro el pasado 2 de febrero.
Consultado por la Voz de América, el abogado constitucionalista, Perkins Rocha, ha dicho que "esas elecciones (las que propone la agenda de la oposición) deben ser el último paso del gobierno de la transición.
Rocha sostiene que no es posible realizar elecciones presidenciales "libres y justas" sin que existan "instituciones válidas, legítimas que las controlen", dijo en refencia al CNE (Poder Electoral) que lo integran funcionarios abiertamente del lado de Maduro.
"Aspiramos a elecciones pero deben ser libres y justas (Guaidó debe recomponer, debe ponerse al frente de un gobierno de transición, compuesto no solo por el presidente del Parlamento que es él, (sino) de otros representantes del Parlamento, otros representantes de las fuerzas legítimas del país, del Tribunal Supremo (Electoral) legítimo en el exterior, Fiscalía General de la República, academias, universidades, sociedad civil (...) todas las fuerzas vivas que estamos de este lado y que queremos el restablecimiento de la Constitución", dijo Rocha.
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Rocha se refirió a lo que es tal vez el obstáculo mayor que tiene la oposición por delate de cara a cualquier cambio en Venezuela.
"Falta el elemento de las Fuerzas Armadas institucionales que existen y que esperamos que se manifiesten", dijo, en alusión a los militares que siguen del lado de Maduro.
Opciones en un país dividido
Analistas sostienen que en la polarizada situación política que vive Venezuela es difícil determinar cómo y en qué plazos se solucionará la crisis.
Raffalli ve tres posibles escenarios: "un quiebre a lo interno donde las Fuerzas Armadas conminan a Maduro a dejar el poder", "un enfrentamiento interno violento" o, como resultado de esto último, una eventual "intervención internacional".
El columnista del Nuevo Herald, Andrés Oppenheimer, esbozó también en un reciente artículo tres escenarios similares, que incluyen una eventual salida de Maduro del poder, en virtud de presiones económicas y protestas populares. En ese caso, dice, los militares forzarían a Maduro a aceptar elecciones libres.
Esta salida, recuerda Oppenheimer, sucedió en Nicaragua antes de las elecciones de 1990, y en Filipinas en la década de 1980. En ese caso Maduro supuestamente negociaría "un aterrizaje suave para él y sus generales".
En otros dos escenarios Maduro "se mantiene en el poder indefinidamente" o podría ocurrir una invasión como la de Panamá a fines de la década de 1980.
La mayoría de las soluciones vistas desde el exterior requieren que Maduro se haga a un lado.
Incluso el izquierdista expresidente de Uruguay, José Mujica, dijo a la cadena CNN que "si (en Venezuela) no logran una solución por desmoronamiento del régimen, van a pagar el precio de una intervención militar".
Y recomendó incluso "tratar de garantizar elecciones libres donde se expresen todos, absolutamente todos", en referencia a que existe "un chavismo antimadurista" y que "en la oposición existen corrientes".
"Nada mejor que el juego democrático trate de equilibrar y de que no exista una pasión aplastante poque si no salimos a lo (Nelson) Mandela, hay guerra", sentenció Mujica.
(Con información de Jorge Agobian)