La Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional de Venezuela alertó a la OEA, la ONU, Brasil y Colombia para que estén atentos a brindar ayuda humanitaria a la nación y solicitó además apoyo para “eventuales oleadas de desplazados y refugiados” ante lo que consideran será un agravamiento de la crisis por hambre.
La alerta se da tras la orden del gobierno del presidente Nicolás Maduro de obligar a cadenas de supermercados a bajar precios de productos y alimentos.
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La medida ocasionó que cientos de ciudadanos amanecieran en colas a las afueras de supermercados el fin de semana.
“Esto no valió la pena, estamos aquí desde las 4 de la mañana solo para comprar galleta y jabón”, dijo Ramón Gudiño, un venezolano a la salida de un supermercado inttervenido.
Sonsiré Navarro, tampoco está de acuerdo con la intervención de los supermercados, sin embargo, hacía fila a la espera de ingresar a comprar alimentos regulados.
“No es justo, no estoy de acuerdo, le mando a Maduro un mensaje, tiene que poner a producir las tierras, por meterse con esto esta vaina cierra y se va de aquí”.
Otros por su parte, defienden la decisión del gobierno de Maduro y responsabilizan del caos económico a empresarios privados.
“Los dueños del (Excelsior) Gamma no quieren bajar los precios compañero”, dijo Griselda Martínez, consultada en una fila de un supermercado intervenido.
La Iglesia Católica teme que la crisis genera una convulsión social.
“Las protestas contra el gobierno por la falta de comida, medicina, y gasolina son un aviso, una alerta, un llamado a que tengamos en cuenta que puede desatarse una convulsión social muy fuerte”, indicó Monseñor Diego Padrón, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela.