Las milicias bolivarianas, al estilo de las creadas en Cuba por Fidel Castro, podrían servirle al presidente Chávez para aferrarse al poder en caso de que pierda las elecciones.
A menos de dos meses de las elecciones, el fortalecimiento de las milicias bolivarianas en Venezuela al estilo de las creadas en Cuba por Fidel Castro hace temer a muchos que el presidente Hugo Chávez incumpla su promesa de respetar el resultado de la votación en los comicios, y que en caso de perderlos recurra a la fuerza de las armas para conservar el poder.
Esta misma semana, la prestigiosa revista The Economist señaló en un comentario que si Chávez trata de desacatar el voto popular, aunque la Constitución de 1999 les confiere un rol no partidista, las fuerzas armadas podrían determinar cuál será el desenlace de las elecciones.
La publicación recordó que el actual ministro de Defensa, general Henry Rangel Silva, dijo en 2010 que el ejército estaba “casado” con el proyecto del presidente y que el propio Chávez ha subrayado más de una vez que los militares son “chavistas”. Según la revista, si estos le fallaran, el gobernante podría tratar de aferrarse al poder por otros medios.
En términos concretos, tales medios serían las milicias bolivarianas, cuya fuerza se estima en al menos unos 125.000 hombres armados, y que desde el año pasado el ex senador opositor Pablo Medina denunció que iba a “ser usada para controlar las calles, reprimir las protestas y aplastar una revuelta popular en caso de que Chávez pierda las elecciones del 2012”.
Siguiendo el mismo modelo de militarización de la sociedad adoptado en Cuba, el 24 de marzo de 2011 Chávez puso en vigor la llamada “Educación para la Defensa Integral”, que asigna a la milicia nacional la misión de impartir clases obligatorias de instrucción militar en las escuelas, liceos y universidades.
Concebidas como un cuerpo militar cuya obediencia y lealtad está sujeta a Chávez y no al estado venezolano, sectores de la oposición han señalado que las milicias responden a un modelo “totalitario” que les confiere un papel protagónico en defensa del proyecto político del presidente y en su plan a futuro de convertir al país en un enjambre de comunas.
En un acto en el Palacio de Miraflores en abril del año pasado, Chávez subrayó que a su revolución “no la tumba nadie” y dio como garantía, según dijo entonces, el hecho de que “las milicias junto con el Ejercito, la Marina y la Aviación, son el núcleo sólido del Poder Militar de la nación".
Además de servir para intimidar a quienes se oponen a su gobierno y del empleo que pueda hacerse de ellas en caso de una derrota del chavismo en las urnas el 7 de octubre, Chávez les ha asignado un rol principal a las milicias en la llamada “guerra de todo el pueblo”, una doctrina de plaza sitiada puesta en boga desde hace décadas por los hermanos Fidel y Raúl Castro en Cuba, con sus Milicias de Tropas Territoriales.
Pese que ya lleva en el poder más de 13 años, Chávez no ha podido completar a plenitud su proyecto político, y según expertos precisamente por eso busca valerse de las milicias bolivarianas para mantener a raya cualquier eventual foco de disidencia entre los militares profesionales y acabar de consolidar su “revolución”.
La diputada venezolana María Corina Machado envió esta semana una carta a la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional en la que revela el contenido del denominado Plan Sucre, oficialmente descrito como “Líneas Generales del Plan de Desarrollo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana para la Defensa Integral de la Nación”.
Según dijo Machado al diario El Nuevo Herald, el documento convierte a todos los ciudadanos en “combatientes”, busca crear un “ejército guerrillero” y en su página 22 dispone “potenciar a la Milicia Territorial, teniendo como meta alistar a un millón de milicianos para el año 2013, y dos millones para el 2019”.
Esta misma semana, la prestigiosa revista The Economist señaló en un comentario que si Chávez trata de desacatar el voto popular, aunque la Constitución de 1999 les confiere un rol no partidista, las fuerzas armadas podrían determinar cuál será el desenlace de las elecciones.
La publicación recordó que el actual ministro de Defensa, general Henry Rangel Silva, dijo en 2010 que el ejército estaba “casado” con el proyecto del presidente y que el propio Chávez ha subrayado más de una vez que los militares son “chavistas”. Según la revista, si estos le fallaran, el gobernante podría tratar de aferrarse al poder por otros medios.
En términos concretos, tales medios serían las milicias bolivarianas, cuya fuerza se estima en al menos unos 125.000 hombres armados, y que desde el año pasado el ex senador opositor Pablo Medina denunció que iba a “ser usada para controlar las calles, reprimir las protestas y aplastar una revuelta popular en caso de que Chávez pierda las elecciones del 2012”.
Siguiendo el mismo modelo de militarización de la sociedad adoptado en Cuba, el 24 de marzo de 2011 Chávez puso en vigor la llamada “Educación para la Defensa Integral”, que asigna a la milicia nacional la misión de impartir clases obligatorias de instrucción militar en las escuelas, liceos y universidades.
Concebidas como un cuerpo militar cuya obediencia y lealtad está sujeta a Chávez y no al estado venezolano, sectores de la oposición han señalado que las milicias responden a un modelo “totalitario” que les confiere un papel protagónico en defensa del proyecto político del presidente y en su plan a futuro de convertir al país en un enjambre de comunas.
En un acto en el Palacio de Miraflores en abril del año pasado, Chávez subrayó que a su revolución “no la tumba nadie” y dio como garantía, según dijo entonces, el hecho de que “las milicias junto con el Ejercito, la Marina y la Aviación, son el núcleo sólido del Poder Militar de la nación".
Además de servir para intimidar a quienes se oponen a su gobierno y del empleo que pueda hacerse de ellas en caso de una derrota del chavismo en las urnas el 7 de octubre, Chávez les ha asignado un rol principal a las milicias en la llamada “guerra de todo el pueblo”, una doctrina de plaza sitiada puesta en boga desde hace décadas por los hermanos Fidel y Raúl Castro en Cuba, con sus Milicias de Tropas Territoriales.
Pese que ya lleva en el poder más de 13 años, Chávez no ha podido completar a plenitud su proyecto político, y según expertos precisamente por eso busca valerse de las milicias bolivarianas para mantener a raya cualquier eventual foco de disidencia entre los militares profesionales y acabar de consolidar su “revolución”.
La diputada venezolana María Corina Machado envió esta semana una carta a la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional en la que revela el contenido del denominado Plan Sucre, oficialmente descrito como “Líneas Generales del Plan de Desarrollo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana para la Defensa Integral de la Nación”.
Según dijo Machado al diario El Nuevo Herald, el documento convierte a todos los ciudadanos en “combatientes”, busca crear un “ejército guerrillero” y en su página 22 dispone “potenciar a la Milicia Territorial, teniendo como meta alistar a un millón de milicianos para el año 2013, y dos millones para el 2019”.