La pobreza en Venezuela se ha agravado en los últimos seis años hasta el punto de que ya no es comparable solo con países económicamente deprimidos de la región, como Haití, sino con naciones africanas que experimentan mayor inestabilidad política, según una encuesta realizada por investigadores independientes.
Expertos de las universidades Católica Andrés Bello, Central de Venezuela y Simón Bolívar publicaron esta semana los resultados de la última edición de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de la Población Venezolana, Encovi.
Se trata de un proyecto conjunto que, desde 2014, procura fotografiar la realidad socioeconómica del país. Se ha convertido en referencia estadística ante la desconfianza e inexistencia de la data publicada por el gobierno en disputa de Nicolás Maduro.
Sus últimos hallazgos, con base en encuestas realizadas en 9.932 hogares en toda la nación entre noviembre de 2019 y marzo de 2020, confirman el agravamiento de la pobreza.
También lea Encuesta: Población venezolana más pobre y más viejaDe acuerdo con la investigación, 96,2 por ciento de los venezolanos es pobre según sus ingresos y 79,3 por ciento admite que no tiene cómo cubrir la canasta de alimentos.
En 2014, la pobreza por ingresos se ubicaba en 47 por ciento, es decir, 49,2 puntos menos que hoy, afirma la Encovi. En comparación con 2018, se elevó 3,6 por ciento.
Los investigadores atribuyen el agravamiento a la caída del Producto Interno Bruto nacional en 70 por ciento entre 2013 y 2019, al promedio de 0,72 dólares de ingreso per cápita diario y a la inflación de 3.365 por ciento entre marzo de 2019 y 2020.
“Es absolutamente evidente que el gran responsable del aumento de la pobreza en Venezuela, del escandaloso aumento de la pobreza, ha tenido que ver con la destrucción de la economía venezolana y por supuesto la caída”, indicó Luis Pedro España, sociólogo e investigador principal, durante la presentación de los resultados.
La Encovi concluye que la realidad venezolana es tan dramática que es comparable con la de los países más pobres del mundo e, incluso, con mayor inestabilidad política.
Parecidos a África
Según España, Venezuela está fuera del contexto económico latinoamericano. De hecho, solo Nigeria supera a Venezuela en cantidad de población con pobreza por ingresos, es decir, de quienes viven con un promedio de 3,2 dólares al día: el país africano registra una tasa de 77,6 por ciento, y, Venezuela, de 75,8.
Le siguen Chad, con 66,5 por ciento; Congo, 61,3 por ciento; Zimbabue, 61 por ciento; Yemen, 52,2 por ciento; Haití, 49,9 por ciento; Sudán, 45 por ciento; Camerún, 44,7 por ciento; y Guatemala, con 24,2 por ciento de su población con réditos de ese nivel.
En la categoría de pobreza extrema, de personas que subsisten con menos de 1,9 dólares al día, Venezuela supera a Nigeria con una proporción de 54,6 por ciento ante la de 53,5 puntos del país del continente africano, puntualiza la Encovi.
Los investigadores citan el índice o coeficiente de Gini, una medida ideada por el estadístico italiano Corrado Gini para precisar la desigualdad en los ingresos.
Venezuela, con un coeficiente de Gini de 51, es el segundo país de América Latina con mayor desigualdad de ingresos, que lidera Brasil, con 53,9.
“Venezuela se ha alejando considerablemente de sus pares suramericanos, acercándose a la situación que ostentan algunos países del continente africano. Los niveles de pobreza y desigualdad nos han ubicado en posiciones inimaginables en otro tiempo en el contexto de América Latina y del mundo”, apuntan los académicos entre sus comentarios.
Merma laboral por COVID-19
Los docentes universitarios sopesaron además la pobreza según el método multidimensional, que abarca no solo los ingresos, sino el empleo, la educación, las condiciones de vida y los servicios públicos de los entrevistados.
Según esa variable, se estima que 65 por ciento de los hogares venezolanos se encuentra en situación de pobreza. Ese valor aumentó 13,8 por ciento entre 2018 y 2019.
También lea Inflación acumulada en Venezuela supera el 500%, según Parlamento“La única posibilidad de comenzar a remontar la curva es que tengamos crecimiento económico y generación de empleo”, afirma España, quien propone una generación laboral donde estén incorporadas las mujeres como “uno de los antídotos” para reducir la pobreza.
La Encovi identificó la “feminización” de la jefatura de los hogares venezolanos del primer quintil, es decir, de la porción de la población más pobre. En 72,7 por ciento de las entrevistas de ese segmento, se identificó a una mujer como la cabeza de la familia.
Otro dato relevante de la Encovi es la evolución de la ocupación laboral. Los trabajadores por cuenta propia representan 45 por ciento de la población venezolana, es decir, 14 puntos más que lo reflejado en el sondeo socioeconómico de 2014.
Los investigadores acotaron que, luego de culminada la encuesta en marzo, se realizó una encuesta flash en abril que permitió comprobar que el nuevo coronavirus provocó el aumento del desempleo en 6,9 puntos porcentuales en todo el país.
Curiosamente, el quintil que lució más afectado por no poder trabajar y la pérdida de ingresos a raíz del nuevo coronavirus fue el quinto, el de mayor poder adquisitivo.
El sondeo formal advierte que Venezuela tiene el registro más bajo de América Latina y el Caribe de participación de su población en la actividad económica, con 56 por ciento.
La Encovi cita data de la Comisión Económica Para América Latina de las Naciones Unidas, Cepal, para afirmar que, luego de Venezuela, siguen Argentina, con 58 por ciento; México y Chile, con 60 por ciento. Nicaragua y Perú lideran la tasa de mayor participación económica en la región, con 72 por ciento, según estadísticas de la ONU.
Según España, la debacle económica de Venezuela está vinculada al despilfarro de los millonarios ingresos petrolero que tuvo el Estado a inicios del presente siglo. El país, a su entender, nunca había experimentado una pobreza de esta magnitud.
“En la era moderna, nunca habíamos tenido esa cifra (…) es una precariedad producto, probablemente, de haberse comido las vacas gordas y no dejar nada para la época de las flacas”, ilustró.