Veintiún millones de electores están llamados este domingo a escoger al nuevo Parlamento de Venezuela, que se instalará el 5 de enero próximo en el Palacio Federal Legislativo. La votación ocurrirá sin el concurso de la mayoría de la oposición al gobierno en disputa de Nicolás Maduro, ni la aprobación de los gobiernos de América y Europa.
El proceso permitirá elegir 277 diputados entre 14.400 candidatos en los 23 estados y la dependencia federal del país. El Consejo Nacional Electoral, nombrado por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia madurista, aumentó en 110 curules los cargos a elegir en la Asamblea Nacional en comparación con la votación de diciembre de 2015.
En el tarjetón, estarán representadas 107 organizaciones políticas, 36 de las cuales corresponden a movimientos de alcance nacional. La oposición, liderada por el presidente de la junta directiva legislativa, Juan Guaidó, decretó en septiembre pasado que no participaría en los comicios por considerarlos un “fraude”.
Al menos 37 partidos opositores consideran que el nombramiento judicial del nuevo poder electoral minó la legitimidad de los comicios. Denunciaron también el “secuestro” de las directivas, logos y tarjetas electorales de ocho partidos disidentes del chavismo, entre ellos tres de los más influyentes, como Acción Democrática, Primero Justicia y Voluntad Popular.
Un fallo de la Sala Constitucional ordenó entregar la conducción de esos partidos a dirigentes inclinados a participar en las parlamentarias de hoy.
También lea ¿Por qué la oposición venezolana decidió no acudir a votar?Las votaciones tampoco cuentan con la venia de la mayoría de los gobiernos de América y Europa. La OEA emitió una resolución en la que afirma que las elecciones parlamentarias de este domingo en Venezuela no reúnen “las condiciones mínimas democráticas”, reivindicando, a su vez, la legitimidad de la Asamblea Nacional electa en 2015 y de la cual Guaidó es presidente.
La Unión Europea, que decidió no enviar una misión de observación electoral a Venezuela, dijo por su parte que “no existen las condiciones para que tenga lugar un proceso electoral libre, justo y democrático”.
El Grupo de Lima, integrado por una decena de países del continente americano, se expresó en el mismo tenor. La instancia declaró que la crisis política la solventarían unas elecciones presidenciales y parlamentarias con instituciones independientes, un padrón electoral actualizado, garantías de seguridad para los votantes, y la participación de todos los venezolanos.
Elecciones sin atractivo
Maduro ha declarado su propósito de “rescatar” la Asamblea Nacional, luego que el chavismo perdiera la mayoría legislativa en las elecciones de 2015. A última hora en la campaña, dijo que aceptaba el reto de convertir la votación de este domingo en un plebiscito, lo que nunca antes había mencionado.
“Al pueblo se lo digo: dejo mi destino en sus manos. Si vuelve a ganar la oposición, ¡yo me voy de la presidencia! Si la oposición gana las elecciones, ¡yo no me quedaré más aquí! ¡Dejo mi destino en manos del pueblo de Venezuela!”, dijo esta semana durante un acto de campaña del partido de gobierno.
Analistas interpretaron sus palabras como un intento del presidente en disputa de aumentar la participación de los electores, que, según las encuestas, rondaría entre solo el 20 y el 30 por ciento del padrón. Dan por sentado, asimismo, que el chavismo logrará hacerse con la mayoría de los cargos a elegir. El oficialismo lograría así controlar el Parlamento con su “poder de facto”, dicen.
También lea Guaidó sobre elecciones: Maduro “sabe” que el proceso está “deslegitimado”Guaidó, por su parte, ha hecho campaña a favor de una consulta popular sobre asuntos políticos que realizarán el Parlamento y la sociedad civil entre el 7 y el 12 de diciembre. Llamó frecuentemente a no votar este domingo.
“Hacemos un rotundo llamado a quedarse en sus casas ese día”, afirmó esta semana quien es considerado el presidente interino por la Asamblea Nacional y al menos 60 gobiernos.
Las parlamentarias de este domingo no constituyen un proceso electoral competitivo, ni fidedigno para el venezolano, advierte el politólogo y docente universitario Pablo Andrés Quintero.
“La gente lo percibe como una actividad del gobierno, donde el voto no te da la capacidad de elegir. No hay observación internacional, hay es veeduría. Es un proceso electoral que ha sido amañado en el transcurso de este año y del pasado. El juego no es atractivo”, comenta en entrevista con la VOA.
Quintero acota que el venezolano promedio no está pendiente de asuntos electorales en un contexto de hiperinflación, contracción económica y crisis pandémica, entre otros asuntos.
La votación de hoy, afirma, no es atrayente para entre 40 y 50 por ciento del voto “duro” del chavismo ni para 80 por ciento de quienes se oponen a Maduro.
“La inclinación a participar es demasiado baja. Los argumentos para no participar son válidos. No es una elección que cumple con condiciones. Es como ir a un juego de fútbol donde el árbitro lo pone el otro equipo, te dicen cuáles son tus jugadores, las faltas a aplicar, que el juego no dura 90 minutos, sino 30. La oposición no tuvo participación en nada”, remarca el analista.