Hace más de un año que el presidente ruso Vladimir Putin dio luz verde para que se iniciaran lo que él denominó como “operaciones militares” en Ucrania, que acabó provocando una invasión rusa en toda regla.
Desde entonces, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha estado muy vigilante del desarrollo de este conflicto. Pese a que ni Ucrania ni Rusia son miembros de esta organización de defensa colectiva, el país liderado por Volodymyr Zelenskyy ha estado recibiendo asistencia política y militar por parte de la OTAN para hacer frente a los movimientos del Kremlin durante todo este tiempo, por lo que consideran que ahora se está “en un punto de inflexión”.
También lea Inteligencia de EEUU sostiene que Putin está rebajando sus expectativas en Ucrania“La guerra rusa en Ucrania está en un momento de inflexión, en un momento en el que organizaciones como la OTAN y la Unión Europea están haciendo todo lo posible para asistir a Ucrania políticamente y también con asistencia de tipo militar para que los ucranianos puedan retomar la mayor parte de territorio posible y esto pueda llevar a una negociación y una paz justa y duradera para Ucrania”, explica Carmen Romero, vicesecretaria general adjunta de la diplomacia de la OTAN, durante una entrevista con la Voz de América en Miami, Florida.
Desde la OTAN recuerdan que “es muy importante concentrar todos los esfuerzos” para lograr ese fin y para que “Ucrania esté preparada para defender su derecho a la autodefensa, un derecho que está consagrado en la Carta de las Naciones Unidas”.
¿Qué papel juega la OTAN en la guerra rusa en Ucrania?
Ya cuando se iniciaron esas operaciones militares en Ucrania por parte del Kremlin, se puso de manifiesto el papel que podía jugar la OTAN en este conflicto, sobre todo porque esta organización internacional -formada por 31 países- no contaba con Ucrania entre sus miembros.
También lea Exministros colombianos desmienten narrativa de Petro sobre invadir Venezuela en gobierno anterior“La OTAN no es parte de este conflicto, es decir, no está participando en este conflicto”, recuerda Romero. Sin embargo, la Alianza Atlántica trazó tres líneas de acción que se basaban en “reforzar la defensa” de los países miembros “para evitar una escalada y evitar que el conflicto lanzado por Rusia en Ucrania pudiera extenderse al territorio” de la OTAN.
“Es por ello que hemos reforzado nuestra presencia militar en el flanco oeste de la OTAN. Todos los países de la Alianza Atlántica están presentes, sobre todo para mandar una señal clara al presidente ruso, Vladimir Putin, de que no se le ocurra escalar este conflicto y extenderlo a los países miembros de la OTAN”, dijo la responsable de la diplomacia de la Alianza Atlántica.
El segundo punto de la estrategia de la OTAN pasa por el apoyo político y, de momento, “hay un diálogo político muy avanzando”: “La OTAN no puede dar armas a Ucrania porque no tenemos armas, pero lo que sí está haciendo es procurar y facilitar asistencia no letal, que también es importante”, afirma.
Este tipo de asistencia se basa en la donación de “regeneradores de energía hasta uniformes o puentes móviles”.
También lea Biden y Yoon acuerdan que Corea del Sur no continuará con su programa de armas nuclearesEn ese contexto, la OTAN también está facilitando el diálogo de los países miembros con Ucrania para que puedan “aportar apoyo militar” y que luego las autoridades ucranianas puedan sentarse “en una futura mesa de negociaciones de paz en una situación de fuerza”.
“Porque la mayoría de las guerras concluyen en la mesa de negociación y tu posición va a ser más o menos fuerte según cómo esté la situación en el campo”, aclara Romero.
Y por último, la OTAN defiende la importancia de formar parte de la coalición internacional de apoyo a la Carta de las Naciones Unidas, “un sistema internacional de normas que fue construido con Rusia” después de la Guerra Fría y que, según Romero, el Kremlin “pisoteó en 2014, cuando se anexó ilegalmente Crimea y se ocupó militarmente ciertas partes de la región ucraniana de Donbass”.
“Putin no está interesado en un acuerdo de paz”
A pesar de toda la presión que se está haciendo desde el exterior, desde la OTAN no ven “ninguna intención por parte del presidente Putin” para cambiar de estrategia, y eso dificultaría un eventual proceso de paz, según explica Romero.
También lea Lavrov visita Venezuela y revisa acuerdos de cooperación estratégica con Rusia“No tenemos ninguna indicación de que él está interesado en un acuerdo de paz porque no nos da ninguna señal de ese tipo”, expone al tiempo que defiende que “la presión internacional es muy importante” para lograr tales objetivos.
En ese sentido, enfatiza en la fuerte alianza entre Estados Unidos y Europa, “muy unidos en nuestra asistencia a Ucrania” y que, en su opinión, “ese ha sido uno de los cálculos equivocados del presidente Putin”.
“Sobre todo lo que está viendo el presidente Putin es una unidad sin precedentes para ayudar a un país que ha sido invadido, al que se le ha quitado su independencia e integridad territorial, y donde de la noche a la mañana el estilo de vida de los ucranianos ha saltado por los aires”, recalca añadiendo que “también tenemos a nuestros socios en el mundo pacífico, a Japón, a Nueva Zelanda, Australia, Corea del Sur”, unos países que “están haciendo mucho para mantener esta unidad, que es la que realmente no se esperaba” Putin.
Aunque en un principio, los expertos señalaban en que iba a ser una intervención rápida, lo cierto es que no ha sido así y, después de más de un año, el conflicto sigue activo y sin miras a un final cercano. Por eso, desde la OTAN consideran que la prioridad debería ser “acortar los tiempos y darle a Ucrania todo lo que necesite para retomar la mayor cantidad posible de territorio que ha sido ocupado por Rusia”.
También lea EEUU busca eliminar de redes sociales documentos militares manipulados por Rusia“Cuanto más pueda avanzar en su propio territorio, antes acabará esta guerra. Porque así posicionamos a Ucrania en una situación para que pueda negociar”, sostiene la vicesecretaria diplomática de la OTAN, considerada la mujer con más poder de la organización.
Colombia, el socio de la OTAN en América Latina
Romero señala que el impacto de la guerra rusa en Ucrania se está notando en todo el mundo, incluso en América Latina, con consecuencias económicas y de seguridad.
En la región sur del continente americano, la OTAN cuenta con Colombia como “socio importante” para llevar a cabo sus estrategias. A pesar del cambio de gobierno, con el presidente de izquierda Gustavo Petro ahora en el poder, las relaciones entre el gobierno latinoamericano y la Alianza Atlántica continúan a través de la cooperación.
“Tenemos una relación de diálogo político y de cooperación práctica muy avanzada con Colombia, que es un país importante para la estabilidad de América Latina”, dice.
También lea Rusia deja de compartir información nuclear con EEUUDesde la Alianza Atlántica también están muy vigilantes a lo que ocurre en América Latina ya que, según Romero, en los últimos tiempos se han percatado de “la influencia que está teniendo Rusia” en la región. “La narrativa rusa está, digamos, entrando y palpando la sociedad de América Latina”, advierte.
Pese a eso, Romero confía en que la sociedad latinoamericana “sea lo suficientemente resiliente para ver la seriedad de lo que está haciendo Rusia y que si el presidente Putin se sale con la suya en este conflicto, el mundo se convertirá en un lugar mucho más peligroso y le estaremos dando carta blanca, en cierto modo, a regímenes autocráticos para que puedan considerar el uso de la fuerza para obtener sus objetivos”.
Rusia y el terrorismo son las dos principales amenazas a las que tienen que hacer frente los países miembros de la OTAN, de acuerdo a Romero. Pero también hay “muchas más amenazas”, como las que hay en el espacio cibernético.
También lea ¿Cómo la incorporación de Finlandia refuerza las defensas de la OTAN contra Rusia?“Tenemos el uso de tecnologías disruptivas y de todo esto se tiene que ocupar la OTAN”, comenta.
El “creciente ascenso” de China
Según la vicesecretaria de la OTAN, China no se considera un “adversario para la seguridad”, aunque “sí representa una serie de desafíos” debido a su “creciente ascenso”.
“El hecho de que China utilice colectivamente la economía y que no respete nuestros valores democráticos supone un riesgo y sobre todo, un riesgo para nuestra seguridad, para nuestros intereses y nuestros valores”, recalca.
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