Entre los salvadoreños persiste el interés futuro de unirse a las caravanas de migrantes hondureños para intentar llegar a Estados Unidos con el propósito de buscar mejores condiciones de vida.
Esta es la opinión de César Ríos, director ejecutivo del Instituto de Atención al Migrante (INSAMI), quien asegura que “lo que marca la decisión de formar parte de una caravana de personas migrantes son las necesidades y las necesidades no se van a terminar de un momento a otro, con la pandemia han aumentado las necesidades”.
Pese a la disolución de una caravana de migrantes hondureños por fuerzas de seguridad en la frontera con Guatemala, el sentimiento persiste. Sin embargo, Ríos no descarta, que a raíz de lo ocurrido, en el futuro se ejerza mayor discreción por parte de quienes se involucren en este tipo de intentos migratorios.
Beatriz Campos, procuradora adjunta de Migración y Seguridad de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, advierte que el gobierno de El Salvador debe enfrentar el reto con el nuevo gobierno de Estados Unidos, y frenar los éxodos masivos y mejorar tanto la seguridad como la generación de oportunidades para superar la pobreza.
“Los estados deben hacer campañas de difusión sobre los riesgos de migración indocumentada, pero que incluyan también esta modalidad de caravana, las personas muchas veces piensan que por ir en grupo las pueden dejar ingresar al país de tránsito, al país de destino”, asegura Campos.
Autoridades de migración y la Policía Nacional Civil de El Salvador ejercen controles para identificar a los instigadores de las caravanas de migrantes y recientemente arrestaron y procesaron a tres personas por tráfico masivo de personas.