Son las tiendas de barrio reconocidas por por tener a la mano productos básicos a cualquier hora. Y cada vez más ladrones se apropian de productos sin pagar, lo que ha obligado a los dueños de estos establecimientos, un 70 por ciento de ellos hispanos según datos de la Asociación de bodegueros, a encerrar bajo llave jabones de ropa y champús.
“Hemos tenido que ponerle cadenas a los productos que se pueden llevarse como jabones, el aceite, los galones de aceite también hemos tenido que irlo amarrando y otras mercancías que son de cierto precio ponerla detrás del mostrador”, dice Francisco Marte, Presidente de la Asociación de bodegueros y pequeños comerciantes.
La nueva dinámica le ha restado ‘conveniencia’ a estas tiendas, y sus dueños han tenido que contratar seguridad privada.
“Es un riesgo el que uno corre porque no sabe uno el que entra a robar qué es lo que trae", comenta Raúl, empleado de un Deli.
La Asociación de bodegueros envío a la alcaldía y la gobernación de Nueva York un pliego de peticiones, pidiendo más protección policiaca y cárcel para crimines de robos menores de mil dólares.
“Para que los asaltos a los negocios, los empleados, o al dueño del negocio sean subidos a clase de ‘felony’ y que haya mayor presencia policial y que a los criminales empiecen a procesarlos, no a darles un ticket para que vayan a ver el juez”, continúa Marte.
La alcaldía ha reconocido el problema y ha dicho que se ha reunido con los bodegueros en aras de encontrar una solución a este problema que amenaza su economía. Ángela González, Voz de América, Nueva York.