El gobierno de la ciudad de Nueva York planea limitar los cerca de 13.000 comedores al aire libre que fueron creados para ayudar a los restaurantes a servir a su clientela en espacios abiertos y mesas distanciadas, durante las restricciones por COVID-19. Pero un proyecto de ley limitaría su funcionamiento solamente a los meses de calor. Montar y desmontar estas estructuras es costoso y no sería rentable para muchos establecimientos.
“Nos ha costado cerca de 20 mil dólares mantenerlo por los tres años que lo hemos tenido, es que no solo es ponerlo sino mantenerlo, cuidarlo, para que la gente se sienta cómodo, limpio. Nos afectará mucho, tenemos más o menos 10 mesas disponibles afuera, sentamos en promedio de 20 personas, eso nos ha ayudado a expandir el espacio que tenemos en el restaurante”, Comenta Gabriel Hostos, dueño de restaurante.
Quejas por acumulación de basuras que atraen más ratas, estructuras vacías durante los meses fríos, obstrucción del espacio público y hasta accidentes de tráfico han desatado una contienda entre detractores y simpatizantes de los restaurantes al aire libre.
“Por el tema de las ratas sí ha habido muchas, contaminación también, mucha basura, pues como eso era sobre la restricción del covid no sé por qué se ha extendido y por qué lo han dejado ahí”, dice Emmanuel Carbonell, Residente de Nueva York.
Según la propuesta, los comedores al aire libre temporales deberán obtener una licencia y cumplir con varias regulaciones de materiales de construcción, señalizaciones, medidas y protecciones contra el clima. Se espera conocer una resolución oficial en las próximas semanas.