Las Fuerzas Armadas de El Salvador, una institución que desde la llegada al poder del presidente Nayib Bukele en 2019 ha incrementado su presupuesto aceleradamente, contará con unos 314 millones de dólares en 2025.
Solo en su primer mandato, Bukele había logrado duplicar el presupuesto del sector.
Los militares fueron ganando autonomía desde que El Salvador fue señalado como el país más violento del mundo en 2015, con una tasa homicida que rondaba entonces los 105 asesinatos por cada 100.000 habitantes.
El impulso primero llegó cuando el entonces presidente de izquierda, Salvador Sánchez Cerén, decidió sacar al Ejército a las calles como medida de control de la violencia ejercida por las maras. La apuesta fue luego retomada y potenciada por el gobierno de Bukele.
En la actualidad las Fuerzas Armadas salvadoreña han renovado el armamento, los sistemas de comunicaciones, la tecnología, el transporte blindado, las aeronaves, las embarcaciones, entre otros progresos que ningún otro presidente había impulsado tras el fin de la guerra civil en 1992.
El presupuesto militar ha pasado de 145 millones de dólares durante el primer mandato de Bukele en 2019, a 314 millones de dólares al comienzo de su segundo mandato, lo que ubica a las Fuerzas Armadas de El Salvador como una de las instituciones más privilegiadas del país.
"Todavía no hemos logrado equipar al 100 % a las tropas. Y eso lo vamos haciendo programado, año con año”, dijo el Ministro de Defensa, René Merino, en alusión a un "código de conducta" por medio del cual “el funcionario debe tener una buena presentación, distinguirse que es una persona equipada para cumplir la misión”.
Marvin Reyes, líder del Movimiento de los Trabajadores de la Policía en El Salvador, conversó con la Voz de América sobre el tema.
“El Ejército tiene sus funciones bien definidas en la Constitución, y es únicamente resguardar la integridad del territorio nacional. Además, uno de los acuerdos establecidos en la firma de La Paz de 1992, fue la reducción del número de militares”, explicó.
Pero en la práctica, en virtud de un decreto legislativo, se faculta a la Fuerza Armada a colaborar en esas tareas de seguridad pública, en ocasiones ligada a la Policía. Aunque su protagonismo posguerra comenzó en 2020.
Cuando Bukele estaba en su primer año al frente del poder Ejecutivo, El Salvador acaparó el foco de la atención internacional luego de que la Fuerza Armada ingresara a otro órgano de Estado, y respaldara a su comandante en jefe mientras este levantaba la sesión plenaria del Parlamento.
Fue esta la primera vez que organismos internacionales y gobiernos vecinos cuestionaron el rol que la institución castrense había adoptado en un país con un pasado militar autoritario y violatorio de derechos humanos.
Pero hoy, el mandato militar parece ligado a la seguridad y al proyecto político del mandatario, según analistas entrevistados.
“Los soldados salen a patrullar, registran personas, ingresan a las viviendas sin una orden judicial, establecen controles vehiculares, entre otras funciones, a pesar de que la Policía es la única institución que tiene como mandato la seguridad pública del país, tanto en lo urbano como en lo rural, en la investigación del delito y en la prevención del delito”, agregó Reyes.
Desde marzo de 2022, cuando fue implementado el régimen de excepción, la Fuerza Armada cobró mayor protagonismo porque, entre otras tareas, ha sido parte de las acciones del gobierno para erradicar a las maras: cercos militares, patrullaje y detenciones.
Pero en su haber, también ha sido señalada de violaciones a derechos humanos debido al poder concedido para mantener la seguridad pública.
“A partir de junio de 2019, nuestra querida Fuerza Armada ha venido teniendo una transformación muy importante, una profesionalización que es muy bien querida por toda la población salvadoreña”, dijo el ministro de Defensa en su discurso del Día del Soldado Salvadoreño, el 7 de mayo.
Y en efecto, el reciente sondeo “Encuesta Rumbo País 2024: La gente tiene fe”, publicado el 10 de octubre por la Universidad Francisco Gavidia, refleja que la Fuerza Armada y la Policía generan más confianza en los salvadoreños que la misma Iglesia.
Bukele es el actor que genera la mayor confianza en los salvadoreños encuestados con 51,2 % a su favor; seguido del Ejército con el 50,2 % y la Policía con el 48 %. Mientras que las iglesias cristianas y católicas generan un 38,1 % y 37,2 % de confianza.
“La población está dividida en su punto de vista. Algunos ven con buenos ojos que haya soldados en las calles, y otras personas cuestionan si se está militarizando el país”, señaló Reyes.
Según Cristosal, una organización de derechos humanos con sede en El Salvador, Guatemala y Honduras; la Policía y el Ejército violan los derechos humanos.
Para Verónica Reyna, especialista en violencia y seguridad ciudadana en América Latina, el poder que se le ha dado al Ejército en El Salvador es una forma de sellar “pactos políticos-militares, que van más allá de la utilidad de la Fuerza Armada en ciertas tareas”.
“Es una forma de mantener esa lealtad militar para poder mantener cierta gobernanza”, dijo a la VOA, agregando que durante la guerra civil salvadoreña, los militares tuvieron mucho poder político, y tras la firma de la paz fue complicado sacarlos de los espacios sociales.
El presidente, incluso, ha hecho jurar a las tropas militares lealtad. "Ahora quiero saltarme el protocolo y sé que no han practicado para esto, pero como su comandante general les voy a dar una orden, y les pido que hagan un juramento", dijo Bukele al inicio de su primer mandato.
"¿Juran cumplir las órdenes de su comandante general y juran ser leales y tener disciplina y honor hacia este servidor y hacia nuestra patria, así como yo les juro tenerles lealtad y honor hacia ustedes y hacia nuestra patria?", agregó.
Desde 2021, un año antes de que El Salvador implementase su régimen de excepción, el presidente Bukele dijo que buscaría duplicar el número de militares de 20.000 a 40.000, y para atraer candidatos ofreció aumentos de salario de 200 dólares adicionales, y 400 dólares de bonos para las tropas.
No se conoce la cifra actual, pero según una investigación de la revista Expediente Público, El Salvador es el país centroamericano con más efectivos militares, 24.500 hasta 2022.
"Las instituciones que tienen el legítimamente la capacidad de hacer uso de la fuerza por parte del Estado son la Policía y el Ejército. Entonces, que se haya incrementado el presupuesto y que se busque incrementar su capacidad en número son formas de reconocer la importancia de la institución para este gobierno", agregó Reyna.
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