Al menos una decena de temas abordaron los presidentes del Ecuador, Guillermo Lasso, y la República Popular China, Xi Jinping, durante una reunión telefónica. Si bien el encuentro se celebró este domingo, el gobierno ecuatoriano lo confirmó horas después, al empezar la semana.
Según la Secretaría General de Comunicación, el diálogo tuvo como propósito “impulsar las relaciones bilaterales y la cooperación entre ambos países”.
Uno de los temas principales fue el suministro de vacunas de origen chino a Ecuador para enfrentar la pandemia del COVID-19. Hasta el momento, el gigante asiático es el principal proveedor del país sudamericano para el tratamiento de la enfermedad, a través de sus vacunas Sinovac y Cansino.
Datos del Ministerio de Salud revelan que hasta al 27 de agosto habían llegado al país 13.224.120 dosis de Sinovac y 500.000 de Cansino, de un total de 21.895.755 vacunas aplicadas en Ecuador.
De acuerdo con el gobierno, las gestiones del mandatario chino para el suministro de vacunas han sido “determinantes” para avanzar hacia el objetivo de inmunizar a nueve millones de personas, cerca de la mitad de la población, durante los primeros 100 días de administración. El plazo autoimpuesto por el gobernante ecuatoriano se cumple en pocos días.
Otro de los temas que se trató fue la “próxima” firma de un tratado de libre comercio entre los dos países. El gobierno del Ecuador explicó que busca iniciar las negociaciones “lo más pronto posible”.
Datos del Banco Central del Ecuador revelan que la balanza comercial no petrolera entre ambas naciones, entre enero y junio de este año, favoreció a China en más de 608 millones de dólares.
Lasso, a través de su cuenta en Twitter, calificó la charla como “fructífera y constructiva” y afirmó que China y el Ecuador seguirán cooperando en vacunación y relaciones comerciales.
El gobierno sudamericano también buscará nuevos formatos para la cooperación económica desde China, en especial, tras los cuestionamientos a las altas tasas de interés que representan los créditos procedentes de ese país y que fueron negociados durante el gobierno de Rafael Correa.
La agencia china Xinhua, sin dar mayores detalles, informó que “China está dispuesta a aumentar las importaciones procedentes de Ecuador, seguir con la liberalización y la facilitación del comercio y la inversión bilaterales, y cultivar nuevos puntos de crecimiento como la construcción de una Ruta de la Seda sanitaria, una Ruta de la Seda digital y una Ruta de la Seda verde”.
Flota china en las Galápagos
Uno de los temas incómodos dentro de la agenda bilateral, que ha sido motivo de polémica desde hace al menos cuatro años, también fue abordado en la conversación entre los mandatarios: la presencia de barcos pesqueros chinos cerca de la Zona Económica Exclusiva del archipiélago ecuatoriano de las Galápagos.
Coincidentemente, horas antes la Cancillería ecuatoriana confirmó en un comunicado y sin mencionar a China, que “la flota extranjera de pesca de calamar gigante, que suele realizar faenas entre los meses de junio y agosto, se mantuvo durante este año alejada de la Zona Económica Exclusiva del Ecuador y consecuentemente de la Reserva Marina”. Afirmó también que desde el pasado 20 de agosto comenzó a alejarse del espacio marítimo ecuatoriano.
Pese a calificar como “positivo” este anuncio, el especialista argentino en conservación marina y coordinador del Programa Marino Círculo de Políticas Ambientales, Milko Schvartzman, se mostró sorprendido por la demora en anunciar oficialmente el retiro de la flota, que navega permanentemente en el Océano Pacífico, con dirección hacia el sureste, pese a que se conocía de esa información desde hace una semana.
En diálogo con la Voz de América, Schvartzman dijo que es la primera vez que los barcos no se acercan al borde de la zona como ocurrió durante los últimos cuatro años. “Mi hipótesis es que el gobierno chino ordenó a su flota no acercarse tanto”, sentenció.
Schvartzman también recalcó que, más allá de que la flota se haya alejado del Ecuador, la depredación a los mares y el daño para la región son los mismos. “Esta flota no cumple con ninguna norma ambiental de seguridad”, explicó, y señaló también que las tripulaciones son esclavizadas en muchos de estos barcos y que algunos tienen antecedentes de muertes a bordo.
Finalmente, dijo que China “ejerce una presión muy grande sobre todos los países” y que eso se evidencia en una ofensiva en Latinoamérica similar a la que se produjo en países de África hace una década. “Van por una conquista”, sentenció.
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