Al menos 43 personas murieron y más de 100 resultaron heridas el domingo por dos ataques con bomba en iglesias coptas de Egipto, cuya comunidad religiosa se ha convertido en objetivo de militantes islamistas.
El grupo extremista Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad por los ataques, que ocurren a puertas de la Semana Santa y poco antes de que el Papa Francisco visite Egipto a fines del mes.
La primera explosión, en Tanta, en el delta del Nilo, a menos de 100 kilómetros de distancia de El Cairo, mató al menos a 27 personas e hirió a 78, dijo el Ministerio egipcio de Salud.
El segundo atentado, perpetrado horas después por un suicida en la catedral copta de Alejandría, dañó la silla histórica del Papa copto y mató a 16 personas, incluyendo a tres policías. Unas 41 personas resultaron heridas, dijo el ministerio.
El Papa Tawadros, que había asistido a misa en la catedral de San Marcos, todavía estaba en el edificio en el momento de la explosión, pero no resultó herido, dijo el Ministerio del Interior.
"Estas acciones no dañarán la unidad y la cohesión del pueblo", dijo Tawadros más tarde a los medios locales.
Los ataques se producen en momentos en que el brazo del Estado Islámico en Egipto parece estar intensificando los asaltos y amenazas contra los cristianos, una minoría religiosa a la que pertenece un 10 por ciento de los 90 millones de habitantes del país del norte de África.
En febrero, familias y estudiantes cristianos huyeron de la provincia egipcia del norte del Sinaí después de una serie de asesinatos selectivos.
El domingo, miles de personas se reunieron fuera de la iglesia en Tanta poco después de la explosión, algunos vestidos de negro, llorando y describiendo una escena de carnicería. "Había sangre en todo el suelos y partes humanas dispersas", dijo una mujer cristiana.