El suroeste de Estados Unidos continúa hirviendo: Phoenix, en Arizona, ha enfrentado su día consecutivo número 31 de calor extremo con más de 43 grados Celsius, mientras en El Paso, Texas, son 44 días de temperaturas sobre los 40 grados.
Frente a la posibilidad de algunas lluvias este lunes en el oeste del país, 70 millones de personas enfrentan un alerta de calor extremo, y el mes de julio fue tan caluroso alrededor del planeta, que los científicos lo consideran el mes más caliente que haya visto la civilización humana.
Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, dijo la semana pasada: “El cambio climático está aquí. Es aterrador, y es solo el comienzo. La era del calentamiento global ha terminado. La era de la ebullición global ha llegado. El aire es irrespirable. El calor es insoportable. Y el nivel de ganancias de los combustibles fósiles y la inacción climática es inaceptable.”
El cambio climático no es solo calor récord: incendios en California, tornados en Colorado y vientos de más de 160 kilómetros por hora en Washington DC.
La capital de Estados Unidos experimentó el sábado una tormenta a nivel de un huracán de Categoría 1, la primera en más de una década, que derribó árboles, destruyó techos y dejó 200 mil personas sin electricidad. En general, todo el noroeste de la nación resultó afectado.
Rebecca Leigh, Residente en Washington DC:
“Oh, Dios mío, fue increíble. La primera vez que vimos estas ráfagas de lluvia y quiero decir ráfagas, era como un huracán, quiero decir, fue increíble. Realmente se sintió como un huracán.”
Entre tanto, a medida que el cambio climático trae olas de calor más cálidas y prolongadas, las temperaturas récord en EEUU han matado a decenas de personas y los estadounidenses más pobres, que no tienen acceso al aire condicionado, son los que más sufren.
El clima extremo ha sido también responsable de comportamientos inusuales de los animales, como en California, donde un oso se sentó en un jacuzzi detrás de una casa para escapar del calor.