Gueva Ba intentó llegar a Europa en barco desde Marruecos en 11 ocasiones y fracasó en todas ellas. Entonces, en 2023, este exsoldador oyó hablar de una nueva ruta hacia Estados Unidos volando a Nicaragua y haciendo el resto del trayecto de forma ilegal por tierra hasta la frontera norte de México.
“En Senegal, está en la calle: todo el mundo habla de Nicaragua, Nicaragua, Nicaragua”, dijo Ba, quien pagó alrededor de 10.000 dólares para llegar a la nación centroamericana en julio luego de realizar escalas en Marruecos, España y El Salvador. “No es un secreto”.
Ba, de 40 años, fue deportado de Estados Unidos junto a 131 compatriotas en septiembre, tras casi dos meses detenido, pero miles de senegaleses han logrado hacerse un hueco en territorio estadounidense. Muchos recurren a agentes de viajes expertos que conocen la ruta, pregonada en las redes sociales por aquellos que se han establecido en el país.
Forman parte del repunte migratorio a Estados Unidos, que es extraordinario por su volumen y alcance, con más gente procedente de países lejanos tratando de cruzar su frontera. Y como ocurre con esta ruta utilizada por los senegaleses, cada vez son más los que trazan planes, hacen pagos y buscan ayuda en redes sociales y en aplicaciones como WhatsApp y TikTok.
Los arrestos por cruzar la frontera entre México y Estados Unidos de forma ilegal alcanzaron máximos históricos en diciembre. En enero se redujeron, pero han superado los 6,4 millones desde enero de 2021. Y los mexicanos son apenas 1 de cada 4, los demás llegan desde más de 100 países distintos.
Entre julio y diciembre, las autoridades estadounidenses detuvieron a senegaleses 20.231 veces por cruzar ilegalmente la frontera, diez veces más que los 2.049 arrestados en el mismo periodo de 2022, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. Muchos ingresan al país por remotos desiertos en el oeste de Arizona, como Ba, y California.
La noticia de la ruta por Nicaragua comenzó a circular a principios del año pasado en Dakar y se afianzó en mayo, dijo Abdoulaye Doucouré, propietario de una agencia de viajes que vendió alrededor de 1.200 boletos de la ciudad a Nicaragua en los tres últimos meses de 2023, por el equivalente a varios miles de dólares cada uno.
“La gente no conocía esta ruta, pero con las redes sociales y los primeros migrantes que la tomaron, la información circuló rápidamente”, apuntó.
Algunos lo achacan a la agitación política en el país — las autoridades demoraron 10 meses las elecciones presidenciales de febrero — pero el repentino interés parecía depender en gran medida de las publicaciones en redes sociales y del boca a boca.
Los picos atribuidos a las redes sociales se han producido también en otras naciones de África Occidental, cuya población había optado históricamente por Europa como primera opción. Los mauritanos llegan a la frontera entre Estados Unidos y México también en grandes números, igual que los migrantes de Ghana y Gambia.
Muchos quedan libres en Estados Unidos para solicitar asilo en cortes migratorias que llevan un retraso de varios años con más de 3 millones de casos.
Los pasaportes de muchas naciones africanas tienen poco peso en el hemisferio occidental, lo que dificulta aún más el inicio de la ruta a pie hasta Estados Unidos. Los senegaleses solo pueden volar sin visa a Nicaragua y Bolivia, según el índice de restricciones de Henley & Partners. Nicaragua está mucho más cerca que Bolivia y evita el peligroso Tapón del Darién en Panamá.
A medida que se han incrementado las sanciones de Washington contra el represivo gobierno de Nicaragua, el ejecutivo del presidente, Daniel Ortega, ha recurrido a la migración para responder.
Las autoridades nicaragüenses llegaron a contratar a una empresa con sede en Dubái para formar a la aviación civil en la gestión de los procedimientos nacionales de inmigración para los pasajeros de vuelos chárter. Más de 500 de esos vuelos aterrizaron entre junio y noviembre en el país, la mayoría procedentes de Haití y Cuba, según Manuel Orozco, director del programa de migración, remesas y desarrollo del Diálogo Interamericano.
Pero los migrantes procedentes de más lejos, como Ba, llegaron en una serie de vuelos comerciales con conexiones que parten de África. En las capitales del continente, los migrantes suelen comprar billetes con varias escalas a agentes de viajes que pasan por Estambul, Turquía, o Madrid, España, y luego hacen escala en Bogotá, Colombia, o San Salvador, El Salvador, antes de llegar a Managua, Nicaragua. Allí se encuentran con contrabandistas que les ofrecen llevarlos a la frontera con Honduras u organizan el viaje completo hasta Estados Unidos.
El Departamento de Estado estadounidense ha pedido a Nicaragua que “juegue un papel responsable” en la gestión de la migración en la región, pero eso aún está por ver. La primera dama y vicepresidenta de la nación, Rosario Murillo, no respondió a una petición de comentarios sobre el repunte de la migración extracontinental a través de su país.
En octubre, El Salvador comenzó a cobrar 1.130 dólares a los ciudadanos de 57 países, en su mayoría africanos e India, en tránsito en su aeropuerto. Según las autoridades, la mayoría son pasajeros que se dirigen a Nicaragua en vuelos de Avianca, una aerolínea comercial colombiana.
La tasa salvadoreña encareció los vuelos desde Dakar a finales de 2023, afirmó Serigne Faye, que trabaja en la agencia de viajes Touba Express de la capital senegalesa. Algunos pasajeros han optado por volar a través de Bogotá. Las escalas en Turquía son las más caras.
Aunque la mayoría de las solicitudes de asilo no prosperan, la acumulación de casos en los tribunales migratorios significa que pueden permanecer en Estados Unidos durante años y optar a permisos de trabajo. La tasa de concesión de asilo a los senegaleses fue del 26% en el año fiscal gubernamental que terminó el 30 de septiembre, frente al 14% de otras nacionalidades, de acuerdo con las cifras del Departamento de Justicia.
Ousmane Anne, de 34 años, salió de Senegal el 25 de septiembre con un boleto de avión a Nicaragua adquirido en una agencia de viajes. Su periplo duró un mes y fue más largo y costoso de lo previsto. México fue peligroso, contó, describiendo como su grupo era frecuentemente acosado, amenazado y asaltado por bandas.
A pesar del entusiasmo en su país, no recomendaría el viaje a nadie que no conozca los riesgos. Pero consiguió llegar a Nueva York, donde está la mayor población senegalesa de cualquier zona metropolitana del país, según el censo.
“Sabía que no sería fácil venir a Estados Unidos, pero la esperanza que tenía era más grande que todos los obstáculos y problemas”, afirmó. “Sabía que las oportunidades serían mayores aquí”.
Recientemente asistió a un foro organizado por la Asociación de Senegaleses en Estados Unidos en Harlem. Aprendió nociones básicas de legislación estadounidense, escuchó consejos de agentes de policía sobre los que se debe hacer y lo que no con las bicis electrónicas y los ciclomotores, muy populares en la comunidad, y recibió consejos para manejarse en el sistema de salud.
Y aunque salió de allí con más dudas que respuestas, reconoció, mantiene la esperanza.
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